Boletín 09: Octubre de 1994
LA BÚSQUEDA DEL ARCA DE NOÉ – Los años de acción. Marzo de 1985
Ron y Dave Fasold llegaron a Turquía el 20 de marzo de 1985. Allí los estaba esperando Samran Al Moteri, el príncipe saudita que había visitado a Ron anteriormente en Madison, Tennessee; y que por cierto, estaba bastante enfermo para ese momento. Él había escuchado de parte de los captores de Ron en 1984 que el monte Sinaí estaba en Arabia Saudita y estaba deseoso que Ron le mostrara la montaña. Quizás para comprobar la veracidad de Ron, ahora quería ver también el “Arca de Noé”. Después, haría los trámites para que Ron y Dave pudieran entrar a su país. Sin embargo, como estaba enfermo no pudieron partir inmediatamente a Dogubeyazit.
Ekrem Arkugal, arqueólogo.
Mientras esperaban en Ankara, Mine Unler, uno de los enlaces de Ron con el gobierno, logró una reunión con el Dr. Ekrem Arkugal, uno de los mayores arqueólogos de Turquía. En octubre de 1984 los turcos enviaron arqueólogos propios a investigar el “objeto con forma de barco”. Para esa ocasión, Ron les prestó un detector de metales ferro-magnético marca White.
Esta expedición dio resultados muy positivos, según mostraron las lecturas que uno de ellos le enseñó a Ron. Habían logrado extraer varias “vigas” de metal de cuatro pies de largo (1,2 m.) que aparentemente estaban muy bien conservadas. Digo “aparentemente” porque Ron nunca pudo verlas. Lo único que supo fue que estas fueron llevadas al Museo de Minas y Minerales en Ankara. También encontraron el mismo patrón de lecturas de metal que Ron había encontrado. El Dr. Arkugal recibió esta información y cuando Ron habló con él en una conversación que Ron grabó en video, este afirmó que se trataba “de una u otra manera de un barco”. Un ateo profeso, admitiría más adelante en una entrevista que esta era el Arca de Noé. Cuando se le preguntó por qué, respondió simplemente, “porque no hay otra explicación”.
Las cosas estaban saliendo increíblemente bien, según Ron. Cuando el Dr. Arkugal le dedicó una copia de su libro “Ruinas antiguas de Turquía”, le escribió, “Para el Sr. Ron Wyatt, felicitaciones por sus exitosos descubrimientos”. No solo eso, sino que Mine Unler estaba acordando una reunión futura en Ankara para Ron en la que conocería a los ministros del gobierno para exponerles su descubrimiento. Gracias a James Irwin, en los últimos siete meses el trabajo había tenido un importante avance. Jim le había presentado a los Guleks, en cuya casa conoció a Orhan Baser y a Mine Unler, y también le había referido a Dave Fasold. Y aunque acababa de conocer a Dave, pudo darse cuenta de la experiencia y la disposición de este, quien se mostraba sumamente emocionado por el lugar, aunque nunca lo había visto.
En dirección al lugar
Finalmente volaron hacia Erzurum, en donde le pagaron a un joven taxista para que los llevara a Dogubeyazit. Dilaver Avci, llegaría a convertirse en un amigo y aliado confiable de Ron y de Dave. Al llegar al lugar, la emoción de Dave y de Samran no se podía ocultar. La nieve que aún quedaba en el suelo cubría una buena parte del objeto, resaltando su forma de barco.
Dave había traído un detector de metales de inducción de pulso y su generador de frecuencia molecular (MFM), y procedió a demostrar su funcionamiento logrando lecturas a grandes distancias. Los detectores convencionales funcionan a lo sumo a unos pies de la superficie. Samran grabó un video en idioma árabe posado sobre el arca, para sus amigos en su país.
Después Ron los llevó a ver las anclas de piedra y la aldea. Dave no pudo contener la emoción. Dave era un fiel creyente de la épica de Gilgamesh, así que estaba familiarizado con las conexiones babilónicas que exhibían algunas de las piedras. Un ejemplo de esto era el zigurat grabado en una de las anclas.
Todos estaban felices, hasta que Ron los llevó a ver las tumbas y la casa de piedra que según él, eran de Noé y su familia. Al llegar allí, encontraron que la casa estaba convertida en una pila de piedras dispersas y las tumbas ya no estaban. En el lugar de estas lo que había ahora era un hueco semi relleno. ¡Se habían robado la tumba! Ron se sintió terriblemente mal.
Finalmente, abandonaron el lugar. Samran ya estaba convencido de que Ron no era un loco mentiroso y comenzó a planificar que los tres viajaran a Arabia Saudita (ver boletín Nro. 6). Ron se sentía “como en el cielo”, pues las cosas lucían estupendas, no solo para el Arca de Noé, sino que ahora también se abría la posibilidad de que pudiera regresar legalmente al monte Sinaí. Al fin tenía un compañero de trabajo que creía tanto en el arca, como en él, y que además era experto en un área de la electrónica vital para la investigación.
La reunión en Ankara
Cuando regresaron a Turquía de Arabia Saudita, Dave estaba ansioso de llegar a casa, así que se fue tan pronto pudo. Ron dispuso quedarse cuatro días más para poder asistir a la reunión que Mina había organizado. Entonces, se reunió con todos los ministros y les expuso el caso del Arca de Noé.
La acogida fue muy positiva y se le aseguró que cooperarían con él en lo que pudieran. Dave deseaba traer a Turquía el radar de interfase subsuperficial y escanear e lugar. Este sistema de radar revelaría cualquier tipo de estructura subterránea, más o menos como lo hace un escáner médico de tipo TAC. El radar puede ser sintonizado en diferentes frecuencias para escanear a diferentes profundidades. De esta forma, al escanear el área varias veces usando frecuencias distinta, puede obtenerse una imagen tridimensional de lo que haya en el subsuelo. El problema estaba en que el costo del alquiler del radar y del operador era bastante elevado y ni pensar en la idea de comprar estos equipos. Sin embargo, este debía ser el siguiente paso. Excavar era aún prohibitivo.
Poco menos de un mes después Ron regresó a Ankara para otras reuniones y para solicitar permisos. El uso del detector de metales también requería de un permiso, que una vez obtenido debía ser llevado a Agri, la capital de la región oriental, en donde debía ser procesado. En este punto era donde surgían los problemas. Ankara es la sede del gobierno, pero los gobiernos regionales tienden a creerse superiores. De hecho, estos tienen la última palabra. Ankara está bastante alejada de Agri y de Dogubeyazit. Si se presentara algún problema con el permiso en Agri, implicaría días de espera y tener que volver de nuevo a Ankara y eso tampoco garantizaría que el problema se resolvería. Por este motivo Ron pasó buena parte del tiempo en Ankara.
Un científico de Los Alamos llama
Para ese tiempo Ron recibió otra llamada, esta vez de uno de los científicos de Los Álamos. Jim Irwin había enviado a este laboratorio la muestra que Ron le había dado proveniente del extraño lugar que habían encontrado en las áreas más altas de la montaña y los científicos que la examinaron tenían varias preguntas para Ron. Querían saber de dónde había sido extraída la muestra. Ron los invitó a que viajaran con él y lo vieran por ellos mismos. Para su sorpresa, John Baumgardner, un geofísico de Los Alamos, aceptó la invitación, y en junio de 1985 visitó el lugar junto a Ron y Dave.
Preparando las pruebas con los detectores de metales.
Usando los tres tipos de detectores de metales, hicieron un escaneo del lugar. En cada punto donde se obtuvieron lecturas colocaron una roca, las cuales conectaron después con cintas plásticas de color.
No pasó mucho antes de que apareciera la figura de un barco en el patrón de las lecturas marcadas en el terreno. John Baumgardner, quien al principio se mostró escéptico, no pudo ocultar su emoción. Después de todo, había sido el análisis metálico de la muestra que Jim Irwin había enviado a Los Alamos lo que había captado su atención. Otro científico de Los Alamos diría más tarde a Ron que ellos sospechaban que un satélite se había estrellado en la región y que Ron, ignorante en estos asuntos, había pensado que se trataba del Arca de Noé. Si se convencía de que esta era el Arca de Noé, sin duda John se convertiría en otro importante integrante del equipo; o por lo menos eso era lo que Ron y Dave pensaban. John era un tipo solvente económicamente y sus credenciales eran ciertamente impresionantes.
Hubo un momento durante el escaneo en que John señaló unas hojuelas de metal que se asomaban en uno de los puntos donde se había obtenido una lectura positiva con el detector. “Yo me quedo con estas fotos” le dijo a un jubiloso Dave Fasold en el video. Ron y Dave habían acordado algo: En vista de que el trabajo era arduo y se hacía prácticamente imposible registrar todo en video y trabajar al mismo tiempo, se compartirían el material. De esta forma, cuando terminó el viaje todos estaban convencidos de que esta realmente era el Arca de Noé y de que era necesario que se hicieran escaneos con radar.
Agosto de 1985 – ¡Qué desastre!
El siguiente viaje sería en agosto de 1985, en la temporada del peregrinaje anual al monte Ararat de los “buscadores del arca”. El financista de John, un abogado de California, accedió a financiar la expedición. Dave hizo arreglos para que Tom Fenner de GSSI, el fabricante de los radares, les suministrara un equipo SIR-8 y también logró a último minuto que el equipo del programa 20/20 de la cadena ABC cubriera el evento, con su amigo Jim Burroughs como camarógrafo. El financista de John también reunió su propio equipo de filmación, así como a dos científicos más de Los Alamos. John también acordó entrevistas en el programa el Club 700 de la cadena CBN.
Ron consiguió los permisos y todo lucía maravillosamente bien, excepto por algunas tensiones que se estaban creando. Al parecer John no se sentía muy cómodo de formar parte del “equipo de Ron” siendo él quien tenía las credenciales y su financista quien estaba poniendo el dinero para llevar a cabo el proyecto. Ron y Dave (quienes hasta ahora se habían costeado todo) no tenían dinero para un estudio que cada vez exigía más gastos, especialmente para Dave, quien aún tenía niños que mantener.
Ron, John y los otros científicos de Los Alamos llegaron primero e hicieron un escaneo con el detector de metales, marcando las lecturas en el suelo con cintas rojas y amarillas. Midieron el tamaño del objeto mediante aparatos sofisticados y concluyeron que tenía 515 pies y 7 pulgadas (157 m.), es decir, 300 codos reales egipcios. Todo esto fue filmado por el equipo de John, aunque Ron se las arregló para conseguir parte del video.
¡Atacados!
Entonces, en medio de todo el revuelo en la región por la llegada de los “buscadores del arca” profesionales, los terroristas aprovecharon para mostrar su horrible rostro. Habiendo atacado a varios de los individuos en el monte Ararat, se dirigieron después al lugar del objeto con forma de barco. Varios comandos turcos se aprestaron en el lugar, escondiéndose entre las hendiduras del terreno. Cuando los terroristas aparecieron, estos comandos salieron sorpresivamente y los diezmaron, haciendo que el resto huyera. Después de esto se declaró una ley marcial y el lugar quedó prohibido.
Todos los integrantes del equipo de John tuvieron que irse antes de que Dave llegara con Tom Fenner, el sistema de radar SIR-8 y el equipo de reporteros. Parecía una pérdida de tiempo y de dinero absoluta haber traído el radar y los técnicos. Dave, sin embargo, se movió gallardamente para conseguir el dinero para pagarle al equipo de 20/20. El trabajo hasta ese momento fue documentado completamente y el país entero tuvo la oportunidad de ver lo que había sucedido en la “montaña del día del juicio”.
Esta fue otra cosa interesante que Ron y Orhan descubrieron cuando interrogaron a los nativos del lugar en agosto de 1984, que localmente, a la montaña se le conoce como “la montaña del día del juicio”. Esto, obviamente, también se trataba de evidencia “circunstancial”.
“Combate mal con bien”
El 5 de septiembre de 1985 Ron firmó un contrato con el “viejo colega” que al parecer había sido el responsable de que él y sus hijos fueran arrestados en Arabia Saudita. Se trataba de un contrato para escribir un libro sobre la investigación de Ron. Según Ron, este hombre, a pesar de su traición, era un excelente escritor. La teoría de Ron lo involucraría en el trabajo y lo convertiría en un aliado. Ron nunca le dijo que él sabía que él había llamado a los sauditas, causándole con esa llamada tres meses de arresto en una prisión saudita. ¿Qué iba a lograr diciéndoselo? Ya todo había quedado en el pasado. Ahora, en cierto sentido, este “viejo colega” (a quien llamaremos de ahora en adelante el “Sr. T”) formaría parte de todo.
Octubre de 1985 – De regreso en Turquía
La verdad, en el lugar no había mucho que hacer hasta que no se realizara el escaneo de radar, pero los equipos para hacerlo eran extremadamente costosos. Ni Ron ni Dave tenían posibilidades de comprarlos. Alquilarlos también costaba miles de dólares, demasiado dinero para ser arriesgado después de lo que había pasado en agosto.
Entonces, (y quizás a algunos les parezca un poco ingenuo esto) Ron comenzó a construir su propia versión de un sistema de radar con su sobrino Gary Rucker. Este invento, tenía un bombillo que se encendía cuando el sistema encontraba altos niveles de reflexión (indicativo de objetos sólidos). Gary es un aficionado a la electrónica y una vez que entendió el principio se propuso construir su propio modelo. Y así lo hicieron. Durante su uso, este equipo casero resultó capaz de producir una frecuencia direccional, que al rebotar, quedaba registrada en una cinta magnética.
El 23 de octubre, menos de dos meses después, Ron regresó a Turquía con su “radar” y acompañado del “Sr. T”. Cuando el “Sr. T” llegó, Ron vio que este traía consigo una gran cámara que lucía profesional, aparte de su equipo fotográfico. Ron lo llevó a que viera las anclas de piedra en la “aldea de los ocho”, en donde el “Sr. T” lució más interesado en filmar que en fotografiar, lo que a Ron le pareció un poco extraño. ¿Para qué filmar si se trataba de un libro?
De regreso al hotel, Ron pudo escuchar al “Sr. T” diciéndole a alguien por el teléfono que había “pactado” con la BBC realizar un documental acerca del arca. Esto le confirmó a Ron que este hombre definitivamente no tenía escrúpulos en mentir; así que Ron se negó a mostrarle el lugar en donde estaba el arca y las otras cosas que aún no le había mostrado.
Pero el viaje no estaba perdido. Ron logró hacer una corta vista al lugar sin el “Sr. T”, llevando consigo el scanner casero, y los resultados que obtuvo fueron sorprendentes. Esto lo hizo sentir mejor y lo animó a esforzarse por conseguir el sistema SIR. Estaba consciente de que los resultados del radar casero iban a ser ridiculizados.
Lo sucedido con el “Sr. T” fue un verdadero fiasco. Este le insistió y prácticamente le exigió que le mostrara todo, pero Ron fue firme en su negativa. Hubo un momento mientras regresaban del pueblo en que este se encolerizó tanto ante la negativa de Ron que se bajó del taxi (en medio de la lluvia y el frío) y comenzó a caminar. Ron hizo que el taxi fuera detrás de él hasta que este se montó nuevamente en el carro, casi congelado. El “Sr. T” se desquitaría más adelante, o por lo menos intentaría hacerlo.
¡Por fin el RADAR!
Los siguientes acontecimientos son un poco largos para ser incluidos entre lo que podemos explicar en el video del Arca de Noé, pero es una de las cosas por las que más se critica a Ron. Como creyente en la oración, Ron pidió ayuda a Dios por lo del radar y se dispuso a hablar con un empresario de Tennessee que tenía fama de financiar proyectos que creía importantes. Después de explicarle lo del radar, este caballero accedió a comprar el sistema, el cual le pertenecería pero que prestaría a Ron para que lo usara.
El radar le fue enviado a Madison, Tennessee, e inmediatamente Ron lo llevó a la aduana en el aeropuerto, en donde llenó las formas correspondientes y las colocó dentro de la caja. Ya era tarde ese año para ser usado en el proyecto, pero él deseaba preparar todo lo antes posible. Ron escribió su nombre en la tarjeta que vino con el equipo y la puso en una ventanilla transparente que traía la caja gris en donde se guardaban los cables y las antenas.
Sin embargo, los dueños de los equipos llamaron a Ron para hacerle saber que los necesitaban para utilizarlos en uno de los proyectos que estaban construyendo. Ron se los llevó a su sede.
Rasguña ese radar
En agosto, cuando el equipo del programa 20/20 estaba allí y sucedieron todos los acontecimientos descritos anteriormente, los diarios turcos estaban plagados de “historias del arca”. Uno de esos diarios, de corte sensacionalista, publicó una historia ficticia sobre un supuesto pleito entre Jim Irwin y Ron. Jim era como una especie de héroe en Turquía y cada vez que iba aparecía en la prensa. Esto lo convirtió en blanco de muchas historias que lo que buscaban era atraer lectores. Como Ron dirigía un equipo que pensaba que el arca no estaba en el monte Ararat fue considerado como un rival de Jim.
En primera plana de los periódicos había fotos de Ron y de Jim con grandes letras que decían cosas terribles de ambos, en turco, lógicamente. Pues bien, el “Sr. T” se aprovechó de esta circunstancia para intentar dañar la reputación de Ron. El “Sr. T” envió una copia de este periódico al empresario que había comprado el radar (al parecer lo conocía personalmente) incluyendo una traducción del turco al español, convenciendo al empresario de que Ron no era una persona confiable y que debía tener cuidado con él.
En diciembre Ron recibió una carta del empresario en la que le comunicaba a Ron que buscaría a alguien a quien venderle el radar. Este fue un duro golpe para Ron, pero la verdad, ya estaba acostumbrado a este tipo de cosas. Era como si hubiera una lucha constante en la que a veces ganaba el lado de Ron y otras el lado oscuro. Ron volvió a orar y sintió que aún podía seguir esforzándose por conseguir el radar. Estaba convencido de que si persistía, eventualmente lograría realizar un análisis de radar en el lugar. Tan seguro estaba, que regresó a Ankara el 6 de mayo de 1986 y volvió a solicitar los permisos. Si no lograba hacer el escaneo, por lo menos obtendría el permiso para hacerlo.
¡Una serie de acontecimientos increíbles!
Después de esto, Ron llamó a Dave y le preguntó si le gustaría ir a Turquía para hacer un escaneo de radar, a lo que Dave naturalmente respondió que sí. Así las cosas, el 21 de junio llegaron a Turquía, pero Ron no le había mencionado a Dave un pequeño detalle: el único radar con el que contaba era el que Gary había fabricado. Al llegar al hotel Kent encontraron que estaba lleno. Luego de buscar por el área encontraron habitación en un hotel cercano. Entonces, después de registrase, uno de los empleados le dijo a Ron que allí en el hotel había un equipaje etiquetado con su nombre. Como él nunca había estado allí anteriormente, les pidió que se lo mostraran. ¡Al llegar al cuarto de equipaje, se encontró nada más y nada menos que con el radar SIR-3 con su nombre puesto en la ventanilla transparente de la caja!
He aquí uno de esos momentos en los que uno desea gritar de emoción, pero lo que hizo Ron fue llamar al dueño del radar. Ron le explicó que había hallado el radar abandonado en un hotel y le preguntó si quería que se lo llevara a Estados Unidos. Obviamente, la respuesta fue positiva. Aprovechando la ocasión, Ron le preguntó si lo podía usar, ya que se encontraba en el lugar. La respuesta fue nuevamente positiva.
Al parecer, el “Sr. T” había convencido al dueño del equipo que lo enviara a Turquía a hacer el escaneo, pero por alguna razón desconocida tuvo que dejar el equipo abandonado en el hotel. Al parecer, no lo había llevado a la aduana antes de salir de Estados Unidos, por lo que el radar fue considerado “importación” por parte de los oficiales turcos. Esto significaba que para poder sacarlo de regreso a Estados Unidos había que pagar una alta suma de dinero, como si se tratase de una exportación.
Ron y Dave se dirigieron inmediatamente al lugar y procedieron a hacer el estudio sin recoger el permiso ni procesarlo en Agri. Esto era arriesgado, pero al poner las cosas sobre una balanza, entendieron que era la decisión correcta. No había tiempo que perder, así que decidieron poner manos a la obra. El escaneo se realizó en medio un estado de paranoia de parte de Ron, quien temía tener problemas nuevamente; y de euforia de parte de Dave, por las lecturas que estaba obteniendo del análisis.
Ron nunca había recibido ninguna clase de entrenamiento en ese sistema, pero Dave sí. A medida que iban realizando los escaneos, iban registrándolos en video. Los resultados eran tan sorprendentes, que llamaron a John Baumgardner y a Bill Shea para preguntarles si podían viajar hasta Turquía. Ellos accedieron, pero solo si Ron conseguía los permisos. Ron viajó entonces hasta Ankara, obtuvo los permisos, y al poco tiempo John, su financista, su esposa y un equipo de filmación estaban en camino. Bill Shea acudiría al lugar tan pronto pudiera.
Llega el desastre
El grupo de John llegó, trayendo consigo un globo de aire caliente que pensaban usar para filmar el lugar desde el aire. Pero allí ocurrió el desastre. Mientras estaban inflando el globo en el estacionamiento del hotel, éste entró en fuego de alguna manera, causando una llamarada tan intensa que los lanzó al suelo.
Cuando llegó el Dr. Shea, el lugar del arca estaba cerrado y no pudo ni siquiera acercarse a ver el objeto al que le había dedicado tantos años de estudio y esfuerzos. Ron llegó de Agri para encontrarse con esta situación, en lo que sería la última vez que él. Dave y John trabajarían juntos. Ron llevó al Dr. Shea a ver las anclas de piedra y los demás objetos de interés en la aldea y sus alrededores, pero eso fue todo lo que pudo ver.
De vuelta en casa, Ron devolvió el radar a su dueño y recibió un recibo firmado, que aún conserva. A fin de mantener el nombre del empresario y de su compañía en secreto (él pidió que esto) hemos omitido los nombres en la siguiente trascripción del recibo:
“Se hace constar que hemos recibido de Ronald Wyatt un equipo SIR traído de Turquía bajo petición de [el empresario/dueño]. Equipo recibido el 21 de julio de 1986. Las ruedas del escáner están en casa del [“Sr. T”] y no fueron incluidas en el equipo que se trajo de Turquía. Se recibieron también copias del escaneo realizado en el objeto con forma de barco en Turquía oriental y una copia del permiso otorgado al Sr. Wyatt de parte del gobierno turco para la realización de dicho escaneo. El equipo luce en buen estado. Los Sres. [nombre] y [nombre] recibieron al Sr. Wyatt en el ascensor para recibir el equipo”.
El recibo está firmado por Ron y por un representante de la empresa, y está fechado el 21 de julio de 1986.
“Líbranos de nuestros enemigos, y también de nuestros amigos “
Podemos deducir mucho de una pequeña parte de la carta que el Dr. Shea le escribió a Ron el 11 de agosto de 1986, poco después de haber regresado a casa, en la que se refería al “Sr. T” (quien hasta ese momento casi había causado que Ron y sus hijos fuesen ejecutados en Arabia Saudita por ser soldados israelíes; había engañado a Ron con un pacto ficticio para escribir un libro sobre su investigación del arca, tan solo para realizar un documental que ya había negociado con la BBC; y había difamado a Ron con el empresario, causando que no pudiera usar más el escáner de radar).
El Dr. Shea le contó a Ron en su carta una conversación que había sostenido con el “Sr. T” después de haber regresado de Turquía: “Este señor [“T”] llamó a mediados de la semana pasada; y al parecer, estaba enterado de que no pudimos subir a la montaña. Yo nunca le mencioné que el sitio había sido analizado o que yo había escrito un artículo al respecto. Al parecer estaba lanzándome anzuelos para ver si yo le decía qué había pasado con el radar. Yo solo le dije que la última vez que lo había visto había sido en el taxi en Ankara y que no tenía idea de lo qué había pasado con él después de eso (esto no es mentira, lo que pasa es que la última vez que hablamos por teléfono no salió a relucir ese asunto).
Él me dijo entonces que había importado el radar a Turquía para que cualquiera que intentara sacarlo se viera obligado a pagar ocho mil dólares. También me di cuenta de que este señor tenía una idea muy distorsionada de tu trabajo en Arabia Saudita. De hecho, me dijo que habías entrado en Arabia Saudita bajo convenio con los israelíes para fotografiar sus bases misilísticas y entregar después las fotos al gobierno de Israel” Demasiado abuso de alguien que dice ser un amigo.
La historia de que Ron había estado tomando fotos de bases misilísticas en Arabia Saudita le confirmó totalmente que fue él quien reportó la historia originalmente a los sauditas. El hecho de que el radar había sido “importado” explica también por qué tuvo que dejarlo, pues de sacarlo habría tenido que pagar ocho mil dólares. Lo que él no sabía es que Ron tenía los papeles aduanales guardados en la misma caja del radar y en la bolsa en donde estaban los cables y la antena. Gracias a esos papeles, Ron no tuvo ningún problema en abandonar Turquía con el radar.
En ese momento se creó una gran tensión entre todas las partes. Todo el mundo estaba molesto a causa de la inmensa frustración que sintieron cuando sus esfuerzos se vieron frustrados. Lo único que podían hacer ahora era seguir o abandonar. Ron no estaba listo para rendirse.
Los análisis logrados con el radar – ¡ESPECTACULARES!
Ron llevó el video y las impresiones del escaneo de radar a GSSI en Hudson, New Hampshire, en donde se los mostró a Joe Rosetta, vicepresidente de GSSI; y a Tom Fenner, el técnico que había ido a Turquía en agosto de 1985. Esto hizo que se hiciera un reportaje en el canal 9 de Hudson en el que el Sr. Rosetta afirmó: “Este no es un objeto natural. Las lecturas se obtienen en patrones demasiado organizados para tratarse de algún tipo de interfase natural”.
Hace años recibimos un paquete promocional de GSSI sobre los sistemas SIR en donde encontramos incluido un artículo del SUNDAY TELEGRAPH del 3 de agosto de 1986. En él había una foto de Ron con una impresión obtenida de unos de los radares, titulada “Arqueólogo afirma haber encontrado el arca de Noé”. El resto del artículo dice: “’Ahora le queda a él probar que esta es realmente el arca’, dijo Rosetta de Wyatt, ‘pero este equipo ofrece datos adicionales’. Aunque Rosetta no dio a conocer su opinión sobre el trabajo de Wyatt, sí dijo que el objeto “era algo nunca antes visto en la geología natural […] sea lo que sea, algún humano tiene que haberlo hecho’”.
El veredicto de GSSI fue que los escaneos revelaban una estructura de fabricación humana. Y si hay alguien que sabe de esto, son precisamente ellos. Es su negocio, y ven literalmente miles de escaneos constantemente. Ron estaba verdaderamente feliz. Y ahora que las cosas se habían arreglado con el dueño del radar, permaneció en Hudson y completó el curso de operador. El 31 de julio, unas dos semanas después de salir de Turquía, Ron recibió su certificado:
“Geophysical Survey Systems, Inc. certifica que Ronald E. Wyatt ha completado satisfactoriamente el curso de Teoría y Práctica de la Aplicación de la Tecnología de Radar de Interfase Subsuperficial en Investigaciones Geofísicas y de Ingeniería”
Finalmente
Ron dejó hace años de ser empleado a tiempo completo del hospital. La única manera en que podía hacer sus viajes era trabajando a medio tiempo como anestesiólogo, quedando de guardia el resto del tiempo para cuantas veces se le necesitara. Este método resultó ser el más ventajoso para él, y sigue siéndolo hasta el presente. De esta forma, trabajaría hasta reunir fondos suficientes para viajar.
A veces pedía prestado dinero de amigos, cuando creía que algo debía hacerse rápidamente (lo sé porque desde que nos casamos en 1988 hemos pagado varias de estas deudas). A veces había personas que se ofrecían para donar dinero, aunque rara vez sucedía. Pero cuando Ron regresó de Turquía en 1986, necesitó de algún tipo de ayuda financiera. Se le había informado que en diciembre de 1986 los turcos tomarían una decisión “oficial” sobre el arca de Noé.
Todos los que habían trabajado con Ron en el pasado tuvieron en algún momento su propio camarógrafo, pero Ron no. Él nunca pudo ver las películas filmadas por estas personas, sino cuando aparecían en la televisión o en un documental. Entonces, comenzó a investigar la posibilidad de reunir un equipo, no para filmar a “Ron Wyatt”, sino para documentar la evidencia que él creía que maravillaría al mundo.
En febrero de 1987 se concretó una reunión entre Ron y el gobernador del distrito de Agri, el Sr. Sevket Ekinci. La decisión de diciembre de 1986 fue positiva. ¡Los miembros del Ministerio de Asuntos Exteriores, de Asuntos Interiores e investigadores de la Universidad Ataturk, entre otros, declararon oficialmente que “el objeto con forma de bote” es realmente el Arca de Noé!
En la reunión de febrero se discutieron planes para la dedicación oficial del lugar, que incluiría a Ron como invitado de honor. Habían pasado diez años desde su primer viaje y 27 desde que había leído el artículo de la revista LIFE. No se le estaba reconociendo como el descubridor del lugar, sino como el “descubridor” del hecho de que estos eran los restos del Arca de Noé.
Ron había hecho un viaje en 1977, uno en 1979, dos en 1984, seis en 1985, tres en 1986 y cinco en 1987. Ya se sentía como en casa. Pero lo más importante es que había logrado lo que se había propuesto, con la invaluable ayuda de Dave Fasold.
Pero Dave ya no estaba involucrado. Había entregado su reporte independientemente y se aliaría eventualmente con uno de los investigadores de la Universidad Ataturk, aunque seguía siendo un buen amigo.
Escaneos de radar más completos
Pero la tarea que aún le quedaba por cumplir a Ron era escanear completamente el arca. Consciente de que no podía dejar enfriar el asunto, regresó en abril y de nuevo en mayo a realizar estos escaneos. Cubriendo cada metro cuadrado, Dilaver y sus asistentes turcos cargaron la antena mientras Ron observaba los resultados. El lugar fue escaneado varias veces ajustando la longitud de la onda emitida, registrando de esta manera la estructura a diferentes profundidades. Así, podría saber lo que había a un metro, dos metros, cinco metros, etc.
Poco a poco fue apareciendo la forma de un barco con sus respectivas cámaras; con una puerta exterior; con un sistema de rampas que llevaban a cada nivel; y con grandes vigas de madera que se extendían hacia afuera desde la parte posterior de la embarcación, algo que por cierto él aún no entiende.
Un misterio resuelto
Ron descubrió que el casco tenía un gran hueco en su parte central, más o menos del mismo tamaño de la extraña sección de terreno que había encontrado en un área más alta de la montaña con Orhan Baser en 1984. Dave había hecho esta misma conclusión en 1985 con su MFG y ahora el radar lo confirmaba. El MFG estuvo (y sigue estando) bajo ataque constante de los críticos, quienes han dicho que es como una “vara adivinadora” de las que se utilizan para buscar agua, por el simple hecho que aquellas son de apariencia similar. Para Ron, sin embargo, el descubrimiento de este hueco en el casco con el MFG por parte de Dave demostraba la confiabilidad del equipo, al menos en manos de alguien quien supiera utilizarlo.
Cuando Ron y Orhan encontraron la extraña sección de terreno rodeada de madera petrificada, que además estaba llena de un extraño material esparcido por toda su área, Ron sospechó que se trataba de algo importante. Cuando los análisis de las muestras extraídas del área resultaron ser iguales al material que se había desprendido del casco del arca, Ron especuló que tal vez esta área ubicada en un lugar más alto de la montaña y que estaba “cercada” por madera petrificada no era otra cosa sino una parte del casco de la embarcación.
Se imaginó que el arca se había posado originalmente en esta área más alta de la montaña, y a medida que el agua fue descendiendo, el casco quedó encajado en la tierra. Entonces, tal vez un volcán que está ubicado al sur, en lo que es ahora la frontera iraní, hizo erupción; lanzando una gran cantidad de lava que eventualmente alcanzó el arca y la arrancó de donde estaba, partiendo una porción del casco y arrastrándola montaña abajo. En medio de esta travesía, el arca chocó contra un enorme afloramiento de piedra caliza que atravesó literalmente el centro de la embarcación. En ese punto, al arca giró en dirección al fluido de la lava, quedando completamente cubierta por esta. Esta teoría quedó confirmada cuando los escaneos mostraron un hueco en cierta porción del casco.
En 1985 Ron había llevado a Dave y a John a este lugar más alto de la montaña para mostrarles esta sección, pero la gran cantidad de aldeanos que los acompañaban hizo que cambiara de opinión. Hasta ahora, Ron había sido muy cuidadoso en mostrar interés en cualquier cosa por temor a que los habitantes del lugar la destruyeran, como había pasado con las tumbas de piedra. Como no contaba con esta información, Dave había interpretado el hueco en el casco como una especie de “moon-pool” similar a la que tienen algunos barcos petroleros. Esta sería una conclusión muy lógica si no se tuvieran todos los hechos.
Hasta aquí, Ron había experimentado una seguidilla de circunstancias extraordinarias. Después de todo, fue la muestra obtenida de esta área más alta de la montaña la que Jim Irwin envió a Los Alamos y que hizo que John Baumgardner se involucrara en la investigación. Esta mostró evidencias de que se trataba de escoria o material de desecho de alguna clase de producción de metal.
20 de enero de 1987- la dedicación del Arca de Noé
La dedicación se planificó para el 20 de junio de 1987. En marzo, Ron firmó un acuerdo con un productor de películas local para hacer un documental sobre la investigación del arca. Incluso dio tiempo de reunir un equipo de filmación para que estuviese presente el día de la dedicación. Sin embargo, Ron llevó su propia cámara y le pidió a Dilaver que grabara todo el acto, ya que él no podía hacerlo. Ron estaba convencido de que Dios había preservado los restos del arca por un motivo, y ese motivo no era solo el de satisfacer su propia curiosidad. Sin embargo, debía documentarse muy bien, dados los ataques que tanto él como el lugar habían recibido. La dedicación se convertiría también en otra “historia” más si el evento no quedaba registrado en video.
Llegaron al lugar varios días antes de la ceremonia y filmaron lo más que pudieron de la región, incluyendo la “villa de los ocho” con las anclas de piedra. Después se hizo la dedicación. Allí, en medio de las montañas que dan hacia la ahora “oficial” Arca de Noé, se encontraba un buen número de dignatarios de diferentes áreas del gobierno, así como militares de alto rango y algunos periodistas. Se revelaron entonces los planes de construir un centro de visitantes en el lugar.
El gobernador realizó la dedicación en turco y procedió a dar la primera paleada en el terreno donde estaría el futuro centro de visitantes. Después vino Ron y después de él, otros invitados. Se dispusieron mesas de tipo banquete en la grama junto al arca, en las que se sentaron por unos minutos. Mientras Ron conversaba con el gobernador, Mine Unler hacía las veces de traductor. Cuando terminó la ceremonia, el gobernador Ekinci le pidió a Ron que escaneara un poco el lugar para demostrarles a los periodistas la estructura que yacía bajo la tierra.
Una viga en el radar
El gobernador Ekinci dio instrucciones de que el equipo norteamericano permaneciera en la colina. Esta parte del acto no sería filmada, sino que sería privada. Sin embargo, permitió que algunos periodistas permanecieran junto al equipo, así como un camarógrafo turco, algunos militares y otros dignatarios que presenciarían lo que sucedería. Después de poner el radar a tono, Ron realizó varios pases. Mientras Mine traducía, Ron les explicó las lecturas que estaba obteniendo; pero de repente, notó una lectura particular que se hizo presente, que lucía muy cercana a la superficie. El gobernador ordenó entonces que uno de los soldados cavara en el punto donde se había obtenido esa lectura. Para sorpresa del grupo, rápidamente emergió lo que parecía una roca aplastada. A medida que se quitó más tierra, se descubrió que esta tenía 18 pulgadas (45 cm.) de largo. Entonces, pudo ser sacada del terreno.
Todo esto quedó registrado en película, y resultó evidente de que se trataba de una sección petrificada de una viga de madera tallada a mano.
Todos estaban asombrados, pero Ron lo estaba aun más. Durante diez años había deseado excavar, pero nunca se le permitió retirar nada que no estuviese en la superficie. ¡Su sueño se hacía realidad! No solo se trataba de una sección de una viga de madera, sino que esta estaba casi perfectamente conservada, dejando ver los granos de la madera y una simetría perfecta.
Haga clic aquí para ver la foto de la viga de madera
Entonces, el gobernador le pidió algo a Ron que solo pudo haber sido dirigido por el Espíritu Santo: Le dijo que se llevara la muestra a Estados Unidos para que la analizaran. Ron procedió a poner el valioso espécimen en la maleta del radar, en donde estaría bien protegida durante el viaje. Todo esto fue transmitido a través de la Radio y Televisión Turca (TRT, por sus siglas en inglés). Ron nunca olvidará estos momentos, ni en un millón de años.
Julio de 1987- MÁS escaneos
Ron regresó en julio, menos de un mes después de su último viaje e hizo más escaneos aun. Ahora tenía suficiente información como para construir un modelo en miniatura de lo que el detector de metales y los escaneos de radar habían revelado. Las dos cubiertas superiores no podían ser reconstruidas de forma fidedigna, pues habían colapsado y no podía determinarse si sus paredes exteriores eran inclinadas o rectas. Sí podía determinarse sin embargo en dónde empezaban (ya que no se extendían por toda la embarcación) ubicando el punto en donde se engrosaba el depósito.
Estas paredes interiores se mostraban en los escaneos aunque solo hasta cierto punto. Ron asumía que debían tener cierta simetría y reconstruyó las partes que lucían destruidas, basándose en las que estaban intactas. La última cubierta del barco, no obstante, estaba mejor preservada y podía discernirse un grande sistema de cámaras pequeñas. Había una doble sección que se extendía de un extremo al otro con cámaras a lo largo de sus paredes. Estas estaban separadas por un pasillo.
Pero para el pesar de los “buscadores del arca” tradicionales, esta arca no tenía forma de gabarra; es decir, no era rectangular, como generalmente la pintan. La parte delantera era definitivamente puntiaguda y el radar indicó que la parte de atrás era, por lo menos, redondeada. Pero incluso con toda esta evidencia, a estas personas aún no les lucía como un barco recién salido del astillero; así que estos “eruditos” continuaron negándola. Los turcos, por el contrario, estaban convencidos: la evidencia hablaba por sí sola, ¿de qué más podría tratarse?
El análisis de la viga de la cubierta
El 16 de septiembre de 1987, Ron llevó el trozo de madera petrificada que había sido extraída el 20 de junio a los laboratorios Galbraith en Knoxville, Tennessee, Estados Unidos. El personal del laboratorio ya lo conocía bastante bien; y, creyesen o no en el Arca de Noé, se trataba de un laboratorio de primera, muy meticuloso a la hora de hacer sus análisis, incluyendo los de Ron. Ron grabó todo lo que hicieron, incluyendo la extracción de una muestra del espécimen y la realización de los análisis.
Lo más importante que debía determinarse era si la muestra contenía carbón orgánico. Las rocas no contiene este elemento, pero sí la madera petrificada. Pero realizar una prueba de carbón orgánico es extremadamente costoso y complicado, así que Gail Hutchens, vicepresidente de Galbraith, sugirió otra alternativa. Le realizarían una prueba de carbón total, que incluiría tanto orgánico como inorgánico. Entonces, buscarían después el carbón inorgánico y compararían los dos resultados. Al sustraer el monto de carbón inorgánico del total del carbón, se determinaría la cantidad de carbón orgánico.
El resultado reveló un .71% de carbón total. El carbón inorgánico totalizó un .0081%. Es decir, contenía un .7019% de CARBÓN ORGANICO, ¡casi cien veces más carbón orgánico que inorgánico! La muestra había pasado la prueba, pero ahora comenzaba una nueva fase en la investigación.
¿Por qué el asunto del arca no salió en grandes titulares?
La evidencia estaba ahí. No por casualidad cada detalle del relato bíblico coincidía con el objeto contenedor de los restos de una embarcación que solo podría ser el Arca de Noé. Pero el mundo no estaba dispuesto a aceptarlo. Los “buscadores del arca” tradicionales siguieron buscando en el monte Ararat, incluso después de que los científicos y arqueólogos turcos confirmaron que efectivamente había una embarcación muy antigua en las montañas de Ararat que no podía ser otra cosa sino el Arca de Noé.
El asunto es que se trata de un fenómeno único que no se compara a ningún otro en el resto del mundo. Una embarcación de madera de 4.300 años de edad simplemente no puede sobrevivir sin un medio externo de preservación como la lava que la cubrió durante muchos años. Esta la ocultó del mundo de forma efectiva quizás por varios miles de años; por lo tanto, nunca se supo de ella todo ese tiempo.
Algunos de los nombres de los lugares de la región aún mantienen cierta conexión con el arca, como “el lugar de los ocho”, “la montaña del día del juicio” etc., aunque al ser interrogados por Orhan Baser en 1984, los habitantes locales admitieron no tener idea de dónde provinieron esos nombres. A principios del siglo XX los habitantes de la región fueron atacados y aniquilados por unos invasores que se apoderaron de sus tierras, sus aldeas, sus casas y sus sembradíos. Todo el conocimiento que pudieron tener los locales, incluyendo las historias y leyendas de la región se perdió por esta circunstancia. Esta invasión fue tan sangrienta y devastadora, que el museo de Erzurum tiene un piso completo dedicado a ella.
Si el arca se posó en el monte Ararat, esta debió haber sido una montaña mucho más pequeña para ese momento, pues habría sido imposible que los animales hubiesen podido bajar por ella sin haber perecido. Además, el arca habría quedado destruida con el paso del tiempo debido a las numerosas explosiones de este volcán que en algunos momentos de la historia ha sido extremadamente activo.
El lugar ideal en donde debemos buscar entonces es en las montañas cretáceas NO volcánicas de la región; cuyos tamaños, según los científicos, están en el rango de la altura máxima que alcanzaría toda el agua de la tierra (la interna y la externa) si esta fuera vertida sobre la superficie del planeta.
Mientras Ron estaba investigando el lugar con el radar, notó que las “líneas” que atravesaban la embarcación convergían todas en cada extremo, al igual que en las embarcaciones modernas. Sin embargo, para asegurarse de que no se trataba de un extraño “capricho” geológico con el que no estaba familiarizado, sacó el radar del perímetro del objeto y comenzó a escanear en sus alrededores.
Al hacerlo, no encontró más que piedras sueltas esparcidas por el área. Ya en 1985 había escaneado el terreno adyacente con Dave y John, obteniendo resultados similares. En la entrevista que se le hizo en vivo a John Baumgardner en el programa “El Club 700” de la CBN en agosto de 1985, éste confirmó esta información cuando se le preguntó si la formación era única. “Creo que es algo único. Existen algunos lugares que muestran cierta similitud en su forma, y hemos investigado varios de ellos, pero hemos descubierto que no tienen las características especiales que hemos encontrado en el sitio en el que nos hemos enfocado”.
El mundo simplemente NO QUIERE saber que el arca realmente existió, y que por lo tanto, la Biblia dice la verdad. Hace poco, cuando un equipo de filmación australiano visitó el lugar y estuvo presente en uno de los escaneos, ni siquiera lo filmaron. Un testigo afirmó que ellos solo estaban interesados en filmar cosas que sirvieran para desacreditar el lugar. ES absolutamente posible manipular y omitir la verdad de tal manera que presente un cuadro general que luzca convincente, aunque en realidad se trate de una mentira. Podemos poner como ejemplo todas esas personas que afirman de forma tajante que el hombre nunca llegó a la luna.
La primera vez que escuché del Arca de Noé
Todo esto nos lleva a otra fase en la vida de Ron. En abril de 1988, un vendedor de la firma de corretaje en la que trabajaba me dijo que él conocía al hombre que había descubierto el Arca de Noé. Yo acababa de renovar mi fe en la Palabra de Dios y me había convertido en una creyente dedicada. Pero aun así, le respondí, “sí, claro, Buford”. Pero él insistió que era verdad. Le pedí que por favor llamara a este hombre y le preguntara si tenía alguna clase de libro o material al respecto. Yo había vivido en Nashville desde 1977, pero hasta ese momento nunca había escuchado hablar de ese hombre.
Para acortar la historia, al cabo de pocas semanas Ron vino a la oficina después que Buford le dijo que algunos de sus compañeros estaban interesados en saber del Arca de Noé. Ron pasó un par de horas hablándonos del arca y de sus otros descubrimientos, pero lo que más me impresionó fue que nunca había escuchado a alguien hablar tan abiertamente de Cristo como él lo hacía. De todas maneras, con solo un par de fotografías (que eran pequeñas) quedé convencida de que estaba diciendo la verdad.
Esa noche, después que se fue, decidí pasar mis vacaciones de verano visitando el arca de Noé. Ron nos había dicho que el descubrimiento ya era oficial y nos había hablado del centro de visitantes, así que comencé a llamar a varias agencias de viaje, solo para descubrir que todos reaccionaban como cuando Buford me contó que conocía al hombre que había descubierto el Arca de Noé. Así que, una semana después, le pedí a Buford que llamara al “Sr. Wyatt” para que me explicara cómo llegar al arca. Buford comenzó a escribir una serie de nombres de ciudades extranjeras, hasta que dijo, “mejor habla con ella”.
Cuando tomé el teléfono, Ron se sorprendió de ver que la persona interesada era una mujer y me advirtió que bajo ninguna circunstancia debía ir sola a ese lugar. Me quedé pasmada, pues tenía una cámara de video y había planificado grabar el arca para probar la validez de la Biblia a los demás. Él sin embargo fue categórico y me pidió que si tenía cómo costarme el viaje no lo hiciera sola, sino que esperara la próxima expedición que ellos harían en un mes. Traté de hacer rápidamente todos los arreglos para el viaje, pero NUNCA me imaginé la forma en que esto iba a cambiar mi vida.
Junio de 1988 – De nuevo a Turquía
El Dr. Nathan Meyer nos acompañó y uno de los miembros canceló a último minuto. Cuando llegamos al arca nos recibió Hasan Ozer, un habitante de Uzengili, una población en las adyacencias del arca. Él nos recibió en el autobús y nos llevó al nuevo centro de visitantes que aún estaba en construcción.
El arca en persona es verdaderamente impresionante. Al caminar hacia ella, los surcos que quedaron donde estaba el armazón de madera son extremadamente visibles. Ron recorrió el lugar completo con nosotros, explicando sus características, mostrándonos las vigas de soporte de la cubierta en donde estos colapsaron. Nos mostró unas vigas de soporte que emergen de la superficie. Estas sostuvieron alguna vez las cubiertas de la misma manera en que las columnas en un sótano sostienen el techo de la casa. Nos llevó a un lado del objeto y nos mostró el lugar en donde el equipo de 1960 abrió varios agujeros utilizando dinamita y de donde sacaron muchas muestras de madera petrificada.
Rifles apuntándonos
Después quiso llevarnos al Dr. Meyer y a mí a la montaña para que viéramos la estela rota que contiene los pictogramas del arca que muestran ocho rostros y unos cuervos. Mientras el taxi nos llevaba, un grupo de soldados se nos acercó apuntándonos con sus rifles. Por primera vez entendí que Ron estaba en lo cierto cuando me dijo que el lugar era peligroso.
De alguna forma, Dilaver, quien era el chofer del taxi y amigo de Ron desde hacía mucho tiempo, tranquilizó los ánimos, Al rato, sin embargo, nos encontrábamos dentro de un frío edificio militar, tomándonos un té horrible. Los soldados me regalaron un collar que tenía una bala guindando de una trenza hecha con hilo que me recordó el hilo que se utiliza para limpiarse los dientes.
Aunque estaba lloviendo un poco, permanecimos afuera mirando hacia la montaña. El arca estaba más abajo, aunque no se veía a causa de las colinas. A pesar de la distancia pudimos ver la estructura en la que se encontraban los trozos esparcidos de la estela, pero no se nos permitió acercarnos. Mientras estábamos allí, le pregunté a Nathan (el Dr. Meyer) cómo sería ver un arcoiris allí, en el lugar a donde apareció el primer arcoiris de la historia. Después de todo, estaba lloviendo.
A Nathan le gustó mi ocurrencia y en medio de lo que estábamos pasando, oró a Dios pidiendo que si era su voluntad, nos permitiera ver un arcoiris (no recuerdo sus palabras exactas). Como a los cinco minutos apareció un arcoiris doble en el cielo que parecía comenzar en el lugar en donde estaba la estela y terminar en donde estaba el arca. La verdad, no puedo expresar lo que sentí con esa experiencia, que por cierto, pocas veces comento. A lo mejor fue casualidad, pero nunca podrán convencernos de que lo fue. Logramos tomar fotos de este arcoiris, las cuales atesoramos como un hermoso recuerdo.
Pintura ultravioleta
Tres jóvenes viajeros de Australia que habíamos conocido en una agencia de viajes en El Cairo se unieron a nosotros al día siguiente. Antes del viaje, Ron me había anotado para ayudarlo con un experimento en las anclas de piedra. El artículo titulado “El reporte Ararat” decía que un especialista armenio (quien creía que las anclas de piedra habían sido hechas por los armenios como objetos paganos) afirmaba que cuando los armenios se convirtieron al cristianismo borraron las inscripciones originales y las reemplazaron con cruces cristianas.
Ron había estado estudiando un procedimiento usado por los egiptólogos para determinar cuando las inscripciones antiguas han sido borradas de monumentos para ser reemplazadas por otras que han sido talladas encima de aquellas. Esto implicaba “pintar” la superficie con un líquido invisible a simple vista, pero reluciente bajo la luz ultravioleta.
Para lograrlo llamé a un cuñado que trabaja en el departamento de investigaciones y desarrollo de Kodak en Rochester, Nueva York. Él me refirió a otro departamento de la Kodak a quienes les expliqué lo que deseaba hacer. Ellos me enviaron información sobre el procedimiento a seguir. Tuvimos la oportunidad de adquirir el líquido y una luz ultravioleta portátil. Con la ayuda de todos, pintamos las cruces en el ancla de piedra que se yergue en frente de la aldea, así como un par de otros objetos que también tenían cruces. Ya habíamos practicado en una lápida de un cementerio en las afueras de Nashville y sabíamos que había que esperar varias horas antes de ver los resultados.
Esa noche regresamos con la luz y ninguno de nosotros vio algún rastro o evidencia de inscripción antigua. Toda la piedra estaba absolutamente limpia, sin ningún tipo de grietas. Los pobladores también estaban fascinados con el experimento.
El descubrimiento de Nathan
De vuelta en el arca, después que los Aussies estuvieron con nosotros, Ron nos había hablado del lastre y nos había explicado cómo lucía. Menciono esto porque de repente Nathan se apareció con una “piedra” muy grande, preguntándole a Ron si eso era de lo que él estaba hablando. Ron, con los ojos casi saliéndose de sus órbitas, le respondió, “¡Sí! ¡¿De dónde sacaste esa belleza?!” Se trataba del mejor espécimen que Ron había visto hasta el momento, pues mostraba todas las características propias de la escoria.
La nueva asistente permanente de Ron
Fue un viaje maravilloso en el que pude comprobar la “obsesión” de Ron con el arca. Por cierto, a las pocas semanas de haber regresado, nos casamos, el 5 de julio de 1988. Mi alegría, sin embargo, pronto se opacaría un poco por la frustración que sufrí al ver hasta qué punto podía llegar la persecución que se tenía contra él. Ron estaba acostumbrado, pero yo nunca había experimentado algo así. De hecho, ni en mis peores pesadillas habría imaginado yo que personas que se hacen llamar cristianas pudieran ser tan maliciosas. ¿Quién era mi esposo, que esta gente estaba tan ansiosa de decir cosas terribles de él? Pronto lo entendería: en vista de que no podían desacreditar el arca, enfilaban sus baterías contra él.
Un ancla es “desenterrada”
Ron regresó de nuevo al lugar, esta vez sin mí, pero con Mark Yates, uno de los australianos que habían acordado trabajar con Ron por un tiempo. Él había venido a Estados Unidos y se había quedado por unas semanas con nosotros, ayudándonos con la computadora. Yo aún mantenía mi trabajo y ya había usado mis vacaciones. Ron también les propuso a Dilaver y a Hasan Ozer que firmaran para aparecer en el documental que había planificado, y estos estuvieron de acuerdo.
Fue en este viaje que Ron hizo un descubrimiento importante que pondría fin a la teoría de “las piedras de culto armenias” que se estaba aplicando a las anclas de piedra. Hasan Ozer le mostró un ancla de piedra que había estado enterrada quizá desde la época del diluvio y que debido a la erosión, ahora se encontraba expuesta. ¡Esta piedra NO TENÍA CRUCES! Ron y el Dr. Shea suponían que como las cruces en las piedras eran de estilo bizantino y cruzado, y en vista de que la mayoría de ellas tenían ocho cruces, los cristianos primitivos las habían relacionado de alguna manera con los ocho sobrevivientes del diluvio.
La nueva ancla corroboraba esta conclusión. Después de todo, ellos no podrían haber tallado cruces en un ancla enterrada, ¿o sí? Ron seguiría viajando a Turquía dos o tres veces al año, algunas veces acompañado de mí, otras no. Para ese momento ya no había mucho más que hacer hasta que pudiese excavar.
En una ocasión en 1987, él había estado trabajando con Ankara en la preparación de un plan de excavación, así como la construcción de varios hoteles en la región. Ron había contactado a algunas personas en Memphis, Tennessee, Estados Unidos, quienes podrían financiar el proyecto y todo parecía marchar sobre ruedas. Los bocetos arquitectónicos para techar los restos lucían prometedores, y parecía que nada los detendría. Entonces, las personas que iban a poner el dinero tuvieron serios problemas económicos y todo se estancó. Desde entonces, las posibilidades de conseguir los medios necesarios para excavar se redujeron al mínimo.
Una llamada desde Australia
En 1990 fuimos contactados por un hombre de Australia que se había interesado en la investigación después de leer el libro de Fasold, “El arca de Noé”. Tal y como hemos hecho cada vez que un investigador serio solicita información, le enviamos un paquete de material en el que se documenta el trabajo de Ron. Esta persona se mostró muy interesada en visitar el lugar, y arreglamos encontrarnos con él en Turquía en agosto de 1990, durante nuestra visita con Marv y Renetta Wilson. Sin embargo, las cosas no salieron como estaban planeadas y él llegó casi una semana después de lo planeado, cuando ya nosotros nos habíamos ido.
Cuando pudimos hablar con él, se mostró sumamente emocionado. Estaba convencido de que esa era el arca, pero también pensaba que esta debía ser excavada. Estaba formando una organización cuyo propósito era recolectar fondos para excavar. Le preguntó a Ron si a él le parecía bien, y Ron le respondió que sí. Ron no era miembro o parte de esa organización, pero esta se basaba en el trabajo que Ron había hecho, que incluía la parte en la que había participado Dave.
Una mini excavación
Frustrado por no haber podido excavar, a Ron se le ocurrió una idea que, según él, mostraría la estructura interna o al menos parte de ella sin dañar la estructura. En octubre de 1990 Ron partió nuevamente a Turquía acompañado de nuestro nuevo amigo Richard Rives, de Matthews, North Carolina, Estados unidos. Para implementar su nueva idea compraron varias palas a las que les enderezaron las planchas de hierro y las afilaron para crear una “hojilla gigante”. Lo que hicieron con ellas fue “raspar” un poco las secciones más erosionadas de la fachada donde se exponía el armazón de la embarcación.
Cuidando de no remover sino tan solo una pequeña cantidad de la tierra superficial, pronto pudieron notar la diferencia de colores entre las maderas del armazón y el terreno más oscuro. La imagen era convincente y el proceso fue grabado en video para que nadie pudiera decir de que se trataba de un fraude (ver fotografía en el boletín número 5). Las vigas del armazón estaban resquebrajadas en pequeños fragmentos, pero estos se mantenían en su lugar adheridos al terreno.
Junio de 1991, un hallazgo importante
En Junio de 1991, El Dr. Roberts nos visitó y compartió un momento con nosotros investigando el asunto a fondo. Luego se unió a una de nuestras excursiones, que llegó a Turquía el 12 de junio. Ya en el lugar, al acercarse Ron desde el extremo sur, recogió una “roca” que llamó su atención. Los integrantes del grupo fueron testigos de este acontecimiento y quedaron asombrados cuando Ron se las mostró. Uno de sus lados parecía la cabeza de un gran remache y podía verse claramente una arandela incrustada.
En años anteriores Ron había fotografiado lo que lucía como piezas de metal en los costados del arca, pero no le estaba permitido extraerlas para estudiarlas. Pero ahora sabía cómo lucían estos remaches de metal y podría analizarlo detalladamente.
Análisis del “remache”
Richard Rives conocía a unas personas que trabajaban en una corporación internacional (con una oficina local cerca de su casa) que tenían su propio laboratorio metalúrgico. La empresa se especializa en titanio y se ofrecieron a hacer los análisis de la muestra, además de permitirnos registrarla en video. Nosotros ya le habíamos realizado otros análisis al remache de forma particular, los cuales mostraron una extraña aleación que incluía hierro, aluminio, titanio y vanadio.
Este laboratorio metalúrgico cerca de la casa de Richard realizó análisis minuciosos del espécimen, tomando muestras de lo que parecía ser la arandela alrededor de la cabeza del remache, y luego una muestra de un centímetro de la arandela, en el área en donde por teoría debió haber habido madera. En el reporte final, los examinadores resaltaron lo siguiente:
“Es interesante destacar que la ubicación 1 (posible madera fosilizada) mostró un contenido de carbón mucho mayor (1.9%) que la ubicación 2 (posible metal fosilizado).
Los cuatro análisis realizados demostraron que la ubicación 1 mostró un 1.88% y un 1.97% de contenido de carbón, mientras que la ubicación 2 mostró un .14% y un .13%. ¡El resultado era ciertamente importante!
Cuando un objeto atraviesa el proceso de fosilización y sus moléculas son “lavadas” o arrastradas por un fluido líquido, las moléculas de los objetos que el agua ha lavado con anterioridad ocupan los espacios dejados por las moléculas que había en el objeto fosilizado. Esto puede sonar un poco simple, pero así es que ocurre. Esta agua portadora de nuevas moléculas con las que se llenan los espacios vacíos no escoge su destino, como para ubicar enormes cantidades de moléculas “rojas” en un lugar y muy pocas moléculas “rojas” a solo un centímetro de distancia. Esto podría suceder a cierta distancia, pero no tan cerca.
Así que, si las moléculas de carbón fueron lavadas, transportadas por el agua y depositadas en los espacios vacíos de este remache, se trató de un proceso bastante uniforme. Era de esperarse que las moléculas de carbono 14 en un lugar tuvieran la misma cantidad que fue “transportada” a solo un centímetro de distancia. ¡Pero encontrar 13 y 14 en un mismo lugar, y un centímetro más allá encontrar 188 y 197, solo indica que cierta cantidad de estas moléculas ya estaban en el segundo sitio! Esto es lo que debería esperarse si se tratara de un remache y una arandela fosilizados (materia no viviente) que estaba pegado a un trozo de madera fosilizada (que en algún momento fue materia viviente).
¡Con permiso para excavar!
El Dr. Roberts había conocido en un vuelo a un caballero que trabajaba con una corporación británica que se caracterizaba por financiar proyectos de interés. Al conversar con este caballero, le abrió el interés en el Arca de Noé. Para agosto de 1991 había logrado comprometer a esta firma británica en financiar una excavación y había hecho todos los contactos con los turcos a través de la embajada en Sydney.
Se mantuvo en contacto constante con Ron y lo que éste estaba haciendo, y expresó su deseo de que Ron liderara la excavación a pesar de que Ron no tenía nada que ver con esta organización. Para ser francos, por más que apreciábamos al Dr. Roberts, ninguno de nosotros creía que esto se concretaría. Yo misma ya me había acostumbrado a que se nos acercaran personas con grandes ideas y promesas de ayuda que siempre se desvanecían en el aire. Por lo tanto, fui la primera sorprendida cuando el Dr. Roberts llamó para decir que había obtenido el compromiso de esta corporación, si lográbamos los permisos.
Al poco tiempo, Ron, Richard Rives, Marv Wilson y el Dr. Roberts estaban en Ankara, listos para cumplir la propuesta. Yo había dibujado un diagrama de la propuesta de excavación, la cual estaba diseñada para causar el menor daño posible al arca, en la que dejarían grandes secciones sin excavar para que nadie pudiera decir, “estos solo tallaron los restos del arca en el terreno”.
Agosto de 1991 – “¡Sí!”
El jueves 29 de agosto se reunieron con los oficiales en Ankara y les presentaron su propuesta. Ron se dio cuenta que uno de los hombres con los que había trabajado en el pasado y que había sido enviado a la embajada turca en Egipto, estaba allí de nuevo. Este hombre se alegró mucho de ver a Ron después de tanto tiempo. Después de presentarle la petición, se le dijo a Ron que se le daría el permiso; sin embargo, la oficina no estaría abierta sino hasta el lunes debido a una fiesta musulmana. Así que les pidió que regresaran el lunes a recoger el permiso. Solo puedo imaginarme la emoción que sintieron en ese momento, pues para cuando regresaron a casa, ya ni se acordaban de ella.
¿La torre de Babel? ¡MUY MALA IDEA!
Como tenían que esperar tres días y medio, decidieron partir hacia Erzurum al día siguiente; y de allí, tomar un poco hacia el sur, en donde Ron sospechaba que se encontraba la torre de Babel. Esa es otra historia de la que no profundizaré aquí, pero sí debo decir que todo el grupo estaba ansioso por ir a ver ese sitio. Llegaron el viernes a Erzurum y desde Dilaver planificaron tomar un minibús que los llevaría al sur. Ya casi era de noche, pero decidieron arriesgarse y partir. Al poco rato de camino, el autobús se detuvo y desde el bosque salieron varios hombres armados con ametralladoras, quienes rápidamente los bajaron del vehículo.
Los hombres pertenecían al PKK, un grupo de rebeldes kurdos que solían tomar rehenes para conseguir lo que buscaban. Solo querían rehenes extranjeros, y si eran estadounidenses, mejor; aunque también pararon a un grupo de turistas de Inglaterra que venían detrás en otro autobús. Procedieron entonces a adentrar a todo el mundo en la maleza. Esta fue una experiencia traumática que no voy a describir aquí. El Dr. Roberts escribió un libro sobre esto que hemos recibido y recomendamos ampliamente. Si es posible, trataremos de obtenerlo y ponerlo a la disposición del público.
Mientras tanto, en Tennessee
En casa me enteré rápidamente de lo sucedido. A ellos se los habían llevado cerca de las ocho de la noche, hora de Turquía, que eran como las doce del mediodía del viernes acá. Es curioso la clase de detalles que uno puede recordar durante situaciones de crisis. Recuerdo que estaba en una empresa de colchones a esa hora comprando una cama nueva para sorprender a Ron cuando llegara a casa.
Al día siguiente recibí una llamada de una de las pocas personas que sabían del viaje de Ron. Bob es un geólogo que trabaja para el estado de Tennessee que cuando escuchó en una estación de radio cristiana que tres estadounidenses, un australiano y un británico habían sido tomados como rehenes en Turquía oriental, me llamó para saber si eran ellos.
Más temprano, cuando había hablado con él, le dije que el señor de la corporación británica tal vez los acompañaría; y por eso este grupo se le pareció al de Ron. Pero ahora sabía que este señor británico no había ido, así que mi primera impresión fue de que no se trataba del grupo de Ron. Tampoco me cuadraba que ya estuviesen en Turquía oriental tan rápido. Pero al mismo tiempo me dio un poco de miedo, así que llamé al Departamento de Estado. Nunca olvidaré las primeras palabras de esa conversación:
“Hola, me llamo Mary Nell Wyatt, y acabo de escuchar que tras estadounidenses acaban de ser tomados como rehenes en Turquía. No creo que se trate de mi esposo Ron Wyatt, pero necesito reconfirmar, por si acaso. ¿tendrán ustedes alguna información?” Más o menos fue eso lo que les dije, pero lo que ellos me respondieron sí fue literalmente lo siguiente:
“Déjeme ver… (pausa) ¿El segundo nombre de su esposo es Eldon? Cuando me dijo eso fue como si hubieran echado un balde de agua fría sobre mi cabeza. ¡Ese es el segundo nombre de Ron! Cuando este señor me preguntó eso, me di cuenta de que se trataba de él. Yo no sé qué habría pasado si mi hija Amanda no hubiese estado conmigo. Apenas tenía 17 años, pero es fuerte como un toro cuando las cosas se ponen difíciles. Esta vez realmente me puse muy nerviosa, y fue ella quien me calmó. Al rato, nos abrazamos en el pasillo y comenzamos a orar. Le pedí a Dios que nos ayudara a superar esto, que los protegiera, y que esta circunstancia sirviera para honrar su nombre.
La oración me tranquilizó y me dispuse entonces a llamar a las esposas de los otros integrantes del grupo, Elizabeth Rives, Renetta Wilson y Margaret Roberts, para contarles lo poco que sabía y cómo me había tranquilizado después de orar y pedirle a Dios fortaleza. Todas ellas también estaban curiosamente calmadas. La que me preocupaba más era Elizabeth, pues ella tenía con Richard dos niños pequeños.
Unas dos horas después, cuando se supo la noticia y llegó el primer equipo reporteril a nuestra casa, Amanda y yo estábamos completamente calmadas, al punto que los amigos de Ron en el hospital bromeaban después con él diciéndole que su esposa como que no lo quería mucho porque no se veía preocupada por la televisión.
El plan de las esposas
Como esposas discutimos en grupo qué esperarían ellos de nosotras en una situación como esa, y decidimos aprovechar la cobertura de los medios para hablar del Arca de Noé. En 1984, cuando se acusó a Ron infundamentadamente de sacar artefactos de manera ilegal de Turquía, el incidente sirvió para publicitar la investigación sobre el lugar. ¡Ahora teníamos cobertura diaria de los medios!
A veces se nos abordaba con escepticismo, pero cuando eso ocurría, respondíamos con hechos. Pero hubo algo que todas dijimos en varias entrevistas y que no fue editado, y es que nuestra tranquilidad era producto de nuestra fe. Yo tuve incluso la oportunidad de presentar la evidencia del Arca de Noé en una escuela pública secundaria.
Renetta, que vivía cerca de Dallas, tuvo varias oportunidades de testificar sobre su fe, e igualmente le sucedió a Elizabeth, quien me sorprendía constantemente por su entereza. Margaret, en Australia, tuvo un poco más de privacidad que nosotras, pero también exhibió una gran fe y valor durante todo este trance.
“Aprovechemos que no está”
Una parte desagradable de todo este asunto vino de los críticos de siempre. Un reportero me contó que había conversado con un antiguo asociado de Ron, que ahora era crítico, y que este le había dicho que Ron era un hombre deshonesto y que había creado todas las evidencias. Este hombre, junto con otros, también afirmaba que todo este asunto de los rehenes era un montaje. Esto último derramó la copa de mi paciencia.
Nosotros teníamos a un amigo que era oficial de la policía, el sargento Mark Wynn. Lo hicimos venir, y con él como testigo (quería que quedara constancia de lo que dije), llamé a este hombre a su trabajo. Me identifiqué y le pedí un favor como cristiana. Le pedí que dejara de calumniar a mi esposo durante su desaparición, en un momento en que no sabíamos si estaba vivo o muerto. Reconocí que él tenía derecho de opinar sobre el trabajo de Ron y que yo no le iba a prohibir eso, pero que POR FAVOR se abstuviera hasta que Ron apareciera.
Él estuvo de acuerdo en lo que le pedí, pero solo después de una larga conversación en la que me dijo sin tapujos que Ron había “fabricado” el espécimen de madera del arca y muchas otras cosas que yo sabía que eran mentira. De hecho, terminé sintiendo lástima por este hombre; y le dije que a pesar de todo lo que se dijo y se hizo, el mayor deseo de Ron era que todos volvieran a trabajar juntos de nuevo. Esto causó una reacción en él que aún no sé cómo interpretarla, excepto como tristeza.
El plan de ataque de Dave Fasold
El caso de Dave Fasold era totalmente diferente. Estaba furioso por lo que había pasado. Independientemente de que él y Ron estuviesen trabajando cada uno por su cuenta, él estaba dispuesto a ir allá a rescatarlos. Habló de ir hasta la guarida del PPK y negociar una liberación. La verdad, no estoy muy segura de lo que Dave planeaba hacer, pero después entendió que no podía hacer nada. Sin embargo, nunca olvidaré su voluntad de ayudar.
“Mi amor, ¡te compré una cama nueva!”
Cuando todo pasó y Ron regresó a casa, me partió el corazón. Era la primera vez que lo veía tan debilitado. Había perdido más de 20 libras y estaba cojeando, pero al parecer no era nada malo. Aún tenía consigo una muleta rudimentaria que los guerrilleros kurdos le habían hecho. Yo le di la sorpresa de la cama nueva, pero ya se había acostumbrado tanto a dormir en el piso frío que no pudo disfrutarla sino hasta después de una o dos semanas. A veces los hábitos son una cosas seria. Richard le pidió a Elizabeth que le preparara lo mismo para desayunar que había comido en las colinas: tomates y pepinos.
Hubo una segunda tanda de atención de los medios un poco más corta, que después se calmó casi a niveles normales. Pero lo triste del asunto es que ya era muy tarde para excavar, pues se había terminado la temporada. Además, la corporación británica tuvo problemas económicos que la hicieron retirar la promesa de asistencia financiera. De vuelta a casa, tuvimos que retomar nuestra rutina poco a poco.
El Dr. Roberts, por otra parte, había recibido mucha publicidad en Australia y comenzó a sufrir una persecución horrible de parte de Ian Plimer, un geólogo ateo bien conocido. Su esposa Margaret nos contó que estaba pasando por una terrible prueba. No sabemos los detalles, pero estamos orando por ellos y les pedimos a ustedes que hagan lo mismo. Él sufrió de flebitis durante la toma de rehenes y aparentemente no está muy bien.
Agosto de 1992 – Otra expedición en grupo
En agosto de 1992 llevamos nuestro segundo grupo al Arca de Noé. Al acercarnos a Dogubeyazit, un hermoso arco iris se mostró en el cielo y detuvimos el autobús a un lado del camino. Todos nos bajamos a fotografiarlo y grabarlo en video. Algunos decían que era una señal, y tal vez tenían razón. Pero si lo era, no era una señal de lo que estábamos esperando. Apenas nos montamos de nuevo en el autobús y arrancamos, un grupo de soldados nos detuvieron, con sus características ametralladoras. Había uno que hablaba inglés. Después de interrogarnos, se nos dijo que no podíamos seguir, que la región era muy inestable y que el autobús era un blanco fácil para un atentado terrorista.
La desilusión en nuestros rostros era terrible, pues recuerdo cómo deseaba ver de nuevo el arca en 1988. Entonces, Henry Gruver hizo una oración y la paz regresó a nuestros rostros. El asunto se estaba convirtiendo en una verdadera aventura. Ya se había hecho tarde y no se nos había permitido ir ni al hotel en Dogubeyazit. Pero se nos había ordenado abandonar la región.
No pudimos regresar a Erzurum, así que nos dirigimos a Agri. Una vez allí, Dilaver nos llevó al mejor hotel que encontró, que era bastante malo. No tenía baño en las habitaciones. Pero nadie se quejó, más bien parecía que la estaban pasando bien.
Ron fue a la policía local a ver si podía llevar a las personas al lugar del arca, pero la respuesta fue que la única manera sería en taxi, en pequeños grupos separados. Ellos decían que los terroristas no sospecharían de un taxi igual que de un autobús lleno de turistas. Pero el grupo estaba bajo la responsabilidad de Ron, así que no le pareció una opción segura. La región se estaba volviendo demasiado peligrosa incluso para visitar turísticamente el lugar. ¿Seguiría esto así por mucho tiempo?
En una reunión con Salih Bayraktutan en julio de 1987, un mes después de la ceremonia de dedicación, John Baumgardner, Salih Bayraktutan de la Universidad Ataturk, Tom Fenner de GSSI y otros; regresaron al lugar a realizar sus propios escaneos de radar bajo la autorización del primer ministro turco. A través de un tercero pudimos obtener una copia de ese reporte y para asegurarnos de que era auténtico, me llevé una copia del mismo a Turquía en ese viaje de 1992. Cuando Ron se reunió con Salih Bayraktutan, se lo mostré y le pregunté si era auténtico. Él me aseguró que sí. La importancia de este reporte radica en que miembros de esa iniciativa andan diciendo que no se pudieron obtener los mismos resultados de radar que obtuvieron Ron y Dave, en un intento de sembrar dudas sobre la seriedad de su investigación.
En este documento, redactado en un lenguaje altamente científico y lleno de términos técnicos, se dice, “Todos los escaneos mostrados en la figura 7 se obtuvieron con el radar operando en frecuencia de 120 MHz a fin de alcanzar la máxima penetración posible”. Esto significa que el radar NO estaba ajustado para registrar lo que hay DENTRO de la estructura, sino DEBAJO DE ELLA. Pero incluso así, sus resultados no anulan los escaneos anteriores, que se hicieron usando varias frecuencias a fin de reflejar la estructura a varias profundidades.
El reporte oficial dice: “Concluimos que los datos de las investigaciones geofísicas no contradicen de ninguna manera la teoría de que la inusual formación cerca del pueblo de Mahser contiene los restos del Arca de Noé”. Y añade, “Sin embargo, al no contar con muestras de los materiales internos de la estructura, no es posible realizar interpretaciones definitivas de los datos. Por otra parte, creemos que las muestras que pudieran obtenerse taladrando la estructura en ciertos puntos específicos podría proveer esta información”.
No debe haber sido fácil redactar este informe que reconoce que sus pruebas “no contradicen de ninguna manera la teoría de que la inusual formación […] contiene los restos del Arca de Noé”, después que los turcos habían determinado que sí era. Ellos incluso planificaron taladrar la estructura en 1988, pero cuando hablaron con Salih in 1992, este se quejó de que las partes involucradas aún debían miles de dólares de la transportación de la plataforma del taladro y de la carretera que se construyó hasta el lugar. Esto lo escuché yo misma personalmente.
Actualmente tenemos un archivador lleno de artículos e informaciones criticando tanto al lugar como a Ron. Pero también tenemos una casa llena de documentación científica. La decisión final es de ustedes los lectores. Si esta no es el arca, ¿qué es entonces? Si ustedes tienen otra respuesta, tienen todas las de perder, y se lo puedo decir con autoridad, pues vivo con toda la evidencia en mi casa.
Si Dios preservó el arca, como creemos firmemente que sucedió, como evidencia de la legitimidad y validez de su santa Palabra; es importante entonces que conozcamos la verdad para poder tomar decisiones bien pensadas y correctas. Como dice Ron, tal vez Dios ha provisto toda la evidencia posible para probar que esta es el arca. Después de todo, Cristo afirmó en Lucas 16:31: “Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se levante de entre los muertos”.
ENTENDIENDO LOS RESTOS DEL ARCA DE NOÉ
La clave para entender la evidencia que confirma que el sitio contiene REALMENTE los restos del Arca de Noé está en entender la condición de los restos. El “mundo” tiene una noción preconcebida de lo que está dispuesto a aceptar, y eso es, un barco de madera reconocible (aún intacto después de 4.300 años) que DEBE estar en la montaña volcánica de Ararat. Este concepto de la apariencia del arca ha sido reforzado por quienes interpretan el hecho de que como el arca tenía habitaciones, debía haber sido rectangular como una gabarra en vez de tener la forma de un barco tradicional.
Este concepto se basa en los supuestos avistamientos del arca en el monte Ararat, que por cierto, no cuentan con ninguna clase de evidencia.
El arca NO tenía forma de gabarra
Primero que nada, una embarcación rectangular no habría sido capaz de sobrevivir en el mar abierto. Cualquier marinero sabe esto. De hecho, la idea es absurda. Los grandes tanqueros petroleros modernos, que navegan grandes océanos, tienen un casco que no es chato por debajo, sino más bien redondeado. Las olas de un mar tormentoso no pueden compararse hoy en día con la agitación de las aguas del diluvio, que cubrían toda la superficie de la tierra. Si una gabarra no puede navegar hoy en día en el mar, saquemos entonces de nuestras mentes la idea de un arca con forma de caja. Esta simplemente no es una posibilidad.
Si alguien desea investigar esto por su cuenta, puede visitar la biblioteca y buscar “barcos” y “construcción de barcos” o “dinámica de los fluidos” o “hidrodinámica”. El “objeto con forma de barco” no es rectangular. La forma que muestra es la de un barco tradicional; por lo tanto, desde el momento en que se descubrió en aquella fotografía tridimensional, presentaba esta característica forma a su favor.
El arca no habría sobrevivido en el Monte Ararat
Si el arca es una realidad, también lo fue el diluvio (que destruyó la superficie de la tierra). Y esto significa que SI el arca sobrevivió hasta el presente, es la estructura más antigua sobre la faz de la tierra. Considerando el frágil estado que muestran antiguas casas de madera, incluyendo las que fueron construidas en el siglo XIX, ¿podemos esperar encontrar el arca intacta, e incluso alguna clase de restos? Ciertamente no en los movedizos glaciares del monte Ararat, que fluyen constantemente, haciendo añicos todo lo que consiguen a su paso en minutos. Incluso si un objeto ha sobrevivido a los glaciares, ¿pudo haber sobrevivido la fuerza increíble de las erupciones del pasado, incluyendo la más reciente que literalmente voló una sección completa de la montaña?
Nuevamente los exhorto a investigar en la biblioteca, esta vez sobre los “volcanes” y los “glaciares”. Investiguemos sobre la última erupción del monte Santa Elena, que fue similar a la que experimentó el Ararat, dejando un inmenso hoyo en la montaña. Podremos ver la devastación total que sufrió todo lo que estaba en la montaña y sus alrededores para ese momento.
Además, los militares turcos han estado entrenando sus comandos en el monte Ararat durante años, y conocen cada pulgada de la montaña. Ellos SABEN que no hay nada allá arriba.
¿Cómo se preservó el arca?
La evidencia encontrada en el “objeto con forma de bote” al que nos referiremos confiadamente como “el arca”, muestra que esta se preservó porque fue cubierta por la lava fluida que la selló en una especie de “cápsula del tiempo”. Sin embargo, la montaña en donde se encuentra NO es volcánica. La evidencia muestra que la lava tuvo su origen por la erupción de un volcán algunas millas al sur, en lo que hoy es Irán.
La lava de esa montaña fue lanzada al aire, fluyendo hasta la cima de la ladera en donde está ubicada el arca. La existencia de este volcán puede probarse por la estela quebrada que encontró Ron en 1984 precisamente en la parte alta de este valle que mostraba un volcán ubicado al sur de esta elevación de piedra caliza. Este volcán colapsó y no es visible actualmente, excepto desde el tope de la montaña, pero no desde el punto de vista del artista que dibujó la estela.
La lava alcanzó el tope de la montaña y comenzó a descender por uno de sus costados, cubriendo el arca. El recorrido de la lava puede verse claramente hoy en el área pantanosa. Un fluido de lodo en una sola dirección se forma cuando el agua queda atrapada durante largos períodos de tiempo en una antigua acumulación de lava. Cuando la lava termina deteriorándose para convertirse en suelo, la enorme cantidad de agua capturada y retenida en esta comienza a fluir, a veces de forma rápida y catastrófica, como deslizamientos de lodo. El peso de esta enorme cantidad de roca derretida (lava) fluyendo por encima del arca hizo que las dos cubiertas superiores colapsaran.
Si esto fue así, ¿por qué no se “derritió” el arca? Tenemos dos teorías al respecto. La primera es esta: Si asumimos que se trataba del tipo de lava que habría causado que la madera ardiera, tal vez el arca fue cubierta rápidamente por la lava, cortando el suministro de oxígeno y evitando así la combustión. Pero así la lava haya cubierto el arca lentamente, es un hecho probado que esta no siempre causa combustión.
En cualquiera de las opciones, el hecho de que el arca haya sido cubierta por la lava NO IMPLICA de ninguna manera que se haya consumido en el fuego. Las cubiertas colapsadas uniformemente indican que fue atrapada rápidamente, lo que habría cortado el suministro de oxígeno. Nosotros contamos con especimenes que muestran haberse quemado, pero de forma muy limitada.
El arca quedó revelada cuando se deterioró la lava
La lava cubrió el arca y la “sello” en una cápsula al vacío. ¿Pero por qué es visible ahora? ¿por qué no está aún en la lava? Porque la lava se descompone y con el tiempo se convierte en suelo fértil. Leamos nuevamente el libro que citamos arriba: “Los suelos que se desarrollan de la descomposición de la lava y de las cenizas son excepcionalmente ricos en potasio, cal y fosfatos […] muchos distritos del mundo con grandes poblaciones agrícolas le deben la riqueza de su suelo al material volcánico” (p. 173).
Hawaii es un excelente ejemplo de esto. Sus maravillosos suelos producen las hermosas flores exóticas que asociamos con este paraíso, y son el resultado de la lava descompuesta, rica en nutrientes necesarios para su perfecto crecimiento. Pero a la lava le toma mucho tiempo descomponerse. El tiempo depende del tipo de lava y otros factores; y no podemos saber exactamente cuánto tiempo estuvo el arca cubierta. Sin embargo, con el tiempo, cuando la lava comenzó su proceso de descomposición, el arca ya no estaba sellada al vacío.
Los restos estaban fosilizados
El arca está situada en la ladera de una montaña y está ubicada de manera descendiente. Su parte frontal está ubicada a una altitud de 6.350 pies (1.935 m.) y el otro extremo a 6.250 pies (1.905 m.). La lava se descompuso con el paso del tiempo y cuando dejó de estar al vacío liberó el agua que contenía. La región experimenta varios meses de bajas temperaturas acompañadas de nieve. En la primavera, la nieve se derrite suavemente; y al hacerlo, el agua fluye montaña abajo. Esto significa que a medida que la lava se descompuso, esta agua comenzó a ser absorbida por el material que cubría el arca.
Al filtrarse lentamente el agua hacia la estructura preservada del arca, esta comenzó a lavar las minúsculas partículas de la madera y de los remaches de metal de la estructura. Esto ocurrió a nivel molecular, siendo transportada molécula por molécula. Y a medida en que cada molécula era transportada por el agua, estas dejaban sus respectivos espacios vacíos. Cuando el agua fluyó por la estructura, algunas de las moléculas provenientes de otros materiales y que también eran transportadas por el agua se alojaron en estos “espacios moleculares” que hallaron en la estructura. A este proceso se le conoce como “petrificación” o “reemplazo mineral”.
Para que un objeto se petrifique se requiere SIEMPRE de dos circunstancias: primero, que el objeto quede sepultado rápidamente; y segundo, que haya agua fluyendo sobre este. Si no está sellado al vacío y no fluye agua sobre él, se descompone sin preservarse. Los evolucionistas saldrán rápido a decir que la petrificación toma millones de años, pero esta es una mentira descarada. Si la petrificación no ocurre por lo menos al mismo ritmo del proceso de degradación, el objeto simplemente se degrada.
Petrificado: literalmente “convertido en piedra”
Cuando el agua bajó por la montaña y alcanzó al arca, las partes de la estructura cerca de la superficie fueron petrificadas por moléculas provenientes de las sustancias que estaban ubicadas en las áreas más altas de la montaña; es decir, por moléculas de minerales. Al fluir el agua por la sección intermedia del arca, esta recibió moléculas de la estructura superficial, que habían sido “lavadas” antes de llegar a esta sección intermedia. Por lo tanto, comenzó a petrificarse con sustancias de su propia estructura, además de las que ya estaban en el propio suelo en los terrenos más altos. Esto es lo que DEBE haber ocurrido si el objeto es realmente el arca. La evidencia muestra que es exactamente lo que parece.
La muestra de madera que Ron obtuvo de la sección intermedia de la nave contenía 13% de hierro proveniente de los remaches de metal de la estructura ubicada por encima de esta sección intermedia. La mayoría de las moléculas involucradas en el proceso de petrificación son moléculas provenientes de sustancias naturales de la tierra y en la lava. Los primeros análisis que realizó Ron en estas muestras dieron un contenido de 51% de dióxido de silicio.
Esto es normal. La “Encyclopaedia Brittannica,” ed. 1985, t. 19, p. 506, (bajo la búsqueda “volcanes”) afirma: “el magma consiste en una masa de silicatos derretidos adentro de la tierra, con una composición variada…” De hecho, todos los objetos petrificados contienen una gran cantidad de dióxido de silicio por el simple hecho de su abundancia en el suelo.
Más exámenes
Pero hay una sustancia que NO se encuentra en los minerales naturales, y que discutiremos a continuación. Cuando comenzamos a documentarnos sobre el “carbón”, que involucra el estudio de la química, que es un poco complejo para mí, aprendí algunas cosas muy interesantes. Los compuestos de carbón pueden ser analizados para determinar si contienen materia que era o no era orgánica; es decir, para saber si alguna vez era materia viva o no. Así de sencillo. Por lo tanto, el examen que se hace para saber si un objeto era orgánico (viviente) o no, es el de determinar si contiene carbón orgánico o no.
Cuando Ron trajo a casa el espécimen de madera petrificada, tanto él, como todos los que la vieron estuvieron de acuerdo en que luce como un trozo de madera, pero convertido en piedra (petrificada). Sin embargo, como las apariencias engañan, decidió llevarla a los Laboratorios Galbraith para que se le realizaran los análisis correspondientes. Se extrajo un pequeño pedazo del espécimen (en cámara), se analizó y se encontró un .0081% de carbón inorgánico. Sin embargo, la cantidad de CARBÓN ORGÁNICO era de .7019%, es decir, ¡más de cien veces más que la cantidad de carbón inorgánico!
Cualquier objeto petrificado que se encuentre que haya estado vivo, sea vegetal, hueso, concha marina, etc., mostrará carbón orgánico en su análisis. Es decir, ¡el espécimen ESTUVO en algún momento compuesto de materia viva! En vista de que no se trata de un hueso, ni de una concha, podemos afirmar confiados de que se trata de madera petrificada. Tenemos entonces lava descompuesta que revela la presencia de objetos petrificados que lucen como madera y que contienen grandes cantidades de hierro y otros metales.
¿Recuerdan que discutimos la manera en que las sustancias encontradas en los objetos petrificados llegaron allí al ser lavados por el agua que había pasado primero por otras sustancias? ¿De dónde vino entonces el hierro? Para que haya un porcentaje tan alto de hierro en la madera petrificada, el agua que causó la petrificación tuvo que haber pasado sobre una importante cantidad de hierro antes de alcanzar este objeto. El suelo en las zonas más altas de la montaña donde está el arca no contiene mucho hierro. Una muestra de control tomada del área EXTERIOR del arca, a unas 50 yardas (45.7 m.) reveló un contenido de .54% de hierro y un .77% de óxido ferroso.
Si hemos de creer que la madera petrificada recibió su contenido de hierro del hierro presente de manera natural en las áreas superiores de la montaña, entonces el contenido de hierro total de la región fue barrido por las aguas y depositado ÚNICAMENTE en la madera petrificada. En otras palabras, es imposible. El alto contenido de metal en la madera petrificada solo puede tener un origen: del agua que pasó sobre la gran cantidad de metal en la estructura del arca, que sabemos, estaba representada en los miles de remaches que la mantenían unida.
El arca escondida durante muchos años
Así entonces el arca permaneció escondida durante muchísimos años, cubierta por la lava fluida, que la transportó montaña abajo hasta que quedó clavada en un inmenso afloramiento de lecho rocoso. Más tarde retomaremos este tema. A finales de 1950, la foto aérea tomada por la inspección de la OTAN dejo al descubierto esta impresionante silueta de un barco enclavada en el lodo fluido a un costado de la montaña. La primera expedición al lugar en 1960 no dejó entrever nada que pudiera reconocerse como un objeto de fabricación humana, pues lo único que podía verse era lava descompuesta convertida en una capa de suelo fértil. De repente, sobresalió de la tierra una roca que no era otra cosa que madera petrificada, pero la condición de su estado ocultaba su verdadera identidad. Esta primera expedición no tenía claro lo que podían encontrar, pues lo que estaban buscando era una embarcación intacta.
“La verdad alcanzará toda la tierra”
Entonces, a finales de 1978, un terremoto causó que el terreno alrededor de esta misteriosa “forma” se desprendiera de sus lados, dando el efecto de que la “cápsula” había emergido literalmente de la tierra. Ahora con el terreno que la rodeaba colapsado, el objeto lucía mucho más como un barco. Sus lados mostraban un patrón de tonalidades diferentes a intervalos regulares en donde estuvo en algún momento el armazón de madera. ¿Pero por qué no se ve? ¿Qué pasó con esta armazón si supuestamente debía estar petrificada? La respuesta es: “a causa de la erosión”.
Identificación por lo que NO está presente
Regresemos a nuestro libro de ciencia favorito, la “Enciclopedia Larousse”: Cualquier roca que esté expuesta al proceso de erosión pierde su forma material, a veces casi completamente […] En las áreas montañosas, la acción de congelación y derretimiento diario, y la gelifracción, juegan un papel importante. Las fisuras de las rocas se llenan de agua que se congela y se expande durante la noche. Las rocas se agrietan por la presión de las innumerables cuñas de hielo. A la mañana siguiente, el hielo se derrite bajo el sol, dejando caer los fragmentos de roca partidos, que muchas veces ruedan montaña abajo para unirse a las rocas y los escombros que se encuentran al pie de esta” (p. 41).
No olvidemos que la estructura del arca estaba petrificada, es decir, hecha roca. Cuando el terreno a los lados del arca estaba allí, la madera del armazón estaba preservada. Estamos seguros de ello, a pesar de que esta ya no está allí. ¿Cómo lo sabemos? La respuesta es simple: las franjas vacías a intervalos regulares son la evidencia; así como una huella en el barro no estaría allí si un pie no la hubiese marcado. La temperatura extrema de la región causó este proceso de gelifracción que fracturó la armazón de madera, la cual terminó convertida en piedra. Esta permaneció en su lugar mientras el terreno alrededor la mantuvo allí. Pero al colapsar, la armazón de madera hecha piedra quedó esparcida por todo el lugar.
Diferencia de colores en las vigas petrificadas
Las vigas de la estructura interna están en mucho mejor estado porque no han sido expuestas a los elementos. Al lado este del arca hay una sección en donde estas vigas están expuestas pero NO han colapsado completamente y también han dejado hoyos en donde estuvieron en el pasado. Sin embargo, estas están fracturadas debido a la gelifracción. Fue en esta sección que Ron y Richard rasparon la estructura y pudieron apreciar las vigas de la armazón gracias a la diferencia en los colores, incluso a pesar de que las vigas están fragmentadas. Estas aún se mantienen en su lugar gracias al terreno, ayudadas quizás por su ángulo y por un poco de ayuda divina. Arriba pueden apreciarse las vigas petrificadas de la armazón en contraste con el terreno más oscuro.
¿Por qué la diferencia de color?
La sección de arriba está al frente del arca, como subiendo en dirección a la montaña. Las moléculas transportadas en el agua que fluyó sobre la estructura del arca y que afectó su petrificación, provenían de minerales ubicados en las áreas más altas de la montaña. Entre estos minerales había dióxido de silicio de la tierra, cal y calcio, por nombrar algunos. Esto le da a la estructura petrificada una apariencia “blanquecina”, comparada a los restos petrificados de la sección inferior de la embarcación, que presentan un color más oscuro debido a la elevada cantidad de metales que contiene. Tenemos en nuestro poder dos especimenes de madera petrificada, ambos de unas seis pulgadas de largo y de una pulgada y media de alto (15 x 1.6 cm.); las dos muestras son idénticas, salvo por una cosa: la pieza extraída de la grieta cerca de la parte frontal del arca tiene una coloración muy clara, mientras que la otra es oscura. Ambas son madera petrificada del arca, solo que en una las moléculas fueron reemplazadas por sustancias de coloración más clara que la otra.
Otras partes de la estructura expuestas
Las vigas que se extienden a través de la superficie del suelo, como los soportes y las viguetas de la cubierta, lucen hoy como rocas comunes. ¿Por qué? Porque SON rocas. La petrificación, como su nombre lo indica, convierte los objetos en piedras. Y estas vigas de madera petrificada han estado expuestas a los elementos y han sufrido una erosión extrema. Sin embargo, las viguetas ubicadas a los lados de las vigas estaban en una posición en la que el agua superficial que fluyó pasaba de largo. Esto limitó la gelifracción hasta un punto en el que el resto de la estructura ubicada más abajo en donde el agua superficial tiende a acumularse, sufrió.
Para decirlo más fácil, la madera petrificada de la estructura que está cercana a la superficie es más vulnerable a romperse en pedazos si está en un área en donde se acumula el agua. En el invierno, el agua que se ha introducido en las grietas y hendiduras hace que la estructura petrificada se expanda debido al congelamiento, fracturándola en pedazos. Cuando el terremoto retiró el terreno que soportaba la estructura, los fragmentos colapsaron y se diseminaron en los alrededores. Entonces, ¡Voilá! Desapareció la estructura petrificada, dejando solo un reguero de algo que luce como rocas comunes. No obstante, los análisis de laboratorio revelan lo que estas “rocas” fueron en el pasado, gracias a la presencia de carbón orgánico, el cual NO está presente en objetos que no fueron alguna vez materia viviente, como las rocas naturales.
La experiencia con otra antigua embarcación similar
En 1939, se realizó una excavación muy particular de un antiguo barco conocido hoy en día como el barco funerario de “Sutton Hoo”. Cuando fue desenterrado minuciosamente, descubrieron que efectivamente en el terreno había un antiguo barco funerario. Sin embargo, la estructura de madera se había desintegrado hace mucho tiempo. Lo que aún estaban presentes eran los remaches de hierro descompuestos y convertidos en silicio que mantenían unidas las vigas del barco. Al retirar el terreno del área, encontraron que la madera descompuesta había dejado una diferencia de color en el terreno que mostraba claramente la estructura de la embarcación. Los remaches de hierro, aún visibles, combinados con la coloración del terreno, permitieron a los excavadores conservar intacto el “molde” de la embarcación. Su condición era similar a la del arca, aunque a escala reducida, excepto en que el arca última aún contiene una gran cantidad de estructuras internas petrificadas.
La estructura interna revelada
Pero, ¿cómo sabemos de la existencia de esta estructura interna?: Gracias a los escaneos de radar. El radar de interfase subsuperficial reveló un patrón interno que según los mismos fabricantes del radar, “no es de origen natural”. El radar no nos dice de qué está hecha la estructura interna, pero se pueden hacer distinciones limitadas gracias a las diferentes densidades. Sin embargo, queda definitivamente revelada su forma y ubicación. Sea lo que sea, los especialistas han declarado que es de manufactura humana, dado su patrón organizado. No hay nada en la naturaleza que pueda reproducir naturalmente la misma estructura interna de un barco. Esto, más el patrón regular arrojado por el detector de metales, comprueban que la estructura contiene metal en las intersecciones en donde se unían cada una de las vigas.
Las “rocas” que revelaron las lecturas del detector de metales pueden haber lucido como “rocas”, pero ahora sabemos por qué. Las vigas expuestas que contenían los remaches de metal estaban fosilizadas. Cuando fueron expuestas a los elementos se fragmentaron, dándoles la apariencia de rocas erosionadas. Pero el contenido de metal es tan concentrado en esos puntos específicos, que los análisis de laboratorio revelaron la presencia de metal en concentraciones y formas que no son naturales.
Otra evidencia que testifica de la verdad
Los restos del arca yacen en el costado de una montaña, atravesados por un inmenso afloramiento de piedra caliza que penetra hasta la mitad de la estructura. Investigaciones de radar han confirmado que esta piedra caliza forma parte del cimiento y que no se trata de una gran piedra rodada. Es un afloramiento del cimiento del subsuelo. ¿Qué explicación puede dársele a la presencia de esta inmensa masa de roca que penetra en la embarcación?
En 1984, Ron y Orhan Baser descubrieron lo que ahora sabemos es una sección del fondo del arca de 120 por 40 pies (36 x 12 m.) a una milla (1.6 km.) más arriba en la montaña. Llevemos nuestros pensamientos por un momento al tiempo en que las aguas bajaron y el arca se posó finalmente sobre la tierra. En ese momento, la superficie de la tierra estaba extremadamente fangosa. A medida que el nivel del agua bajaba y el arca se posaba en la tierra, esta se iba hundiendo progresivamente en el fango. El fondo de la pesada nave se fue hundiendo cada vez más.
La evidencia indica que el arca probablemente tenía una “quilla de balance” debajo de su casco. Una “quilla de balance” es una especie de “aleta de pez” que se extiende por el fondo del casco, como tienen hoy en día muchos veleros. Esta “aleta” habría hecho más resistente a la embarcación contra las inclinaciones, pero también habría servido para aferrarla al lodo y mantener la rígida una vez en el suelo. Entonces, cuando Dios “hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra” que secó el lodo, la nave permaneció sujeta en una sola posición.
Esperamos poder escanear esta área en el futuro con el radar para determinar si esta “quilla de balance” está ciertamente presente; pero por ahora, esta sigue siendo una teoría. Pero incluso si no la hubiera, el arca igualmente se habría hundido en el lodo. Cuando la lava arrastró el arca montaña abajo, esta sección del casco se reventó y quedó atrapada en el terreno. Esto dejó un gran hoyo en el casco cuya existencia fue determinada por David mediante el MFG y que más tarde Ron confirmó a través de los escaneos de radar. El hecho de que Dave pudo determinar esta característica con el MFG constituye una evidencia tremenda de que este equipo electrónico es altamente confiable a pesar de lo que se ha dicho.
El choque con el afloramiento de piedra caliza
Cuando el arca se deslizó de lado montaña abajo, se estrelló contra un inmenso afloramiento de piedra caliza que literalmente se incrustó en ella. Este prácticamente la atravesó en su parte media, y fue lo que mantuvo el arca en donde está hasta el día de hoy. Como los niveles interiores del arca quedaron destruidos, las vigas que sostenían la estructura en su posición vertical (las viguetas de la cubierta) se quebraron. Como consecuencia de esto, ya no había nada que evitara que los lados de la estructura colapsaran hacia afuera. Cuando el arca giró se alineó en dirección al flujo de la lava (después de quedarse atascada en la roca), haciendo que la estructura del casco se expandieran solo hasta cierto punto, especialmente en el área central de la embarcación. Todas estas circunstancias hicieron que el casco se explayara hacia afuera.
El borde que dio el giro más abierto fue el que se dilató más hacia afuera, y es por eso que hoy en día el arca aparenta ser más ancha de lo que debería. Sin embargo, no olvidemos que la estructura del casco no se abrió completamente. En su punto más ancho, tiene 138 pies de largo (42 m.) y su anchura original era de 87 pies (26.5 m.), La medida bíblica de 50 codos coincide con la medida de la estructura interna; como el mamparo, que tiene esta medida en vez de la medida del casco explayado.
Los escaneos con el detector de metales hechos en agosto de 1985 mostraron que la estructura interna cerca de la superficie envolvía literalmente la roca, como quedaría un carro que se estrella contra un poste de electricidad.
El lastre, escoria antediluviana
El “extraño material” que Ron y Orhan encontraron diseminado por todo el fondo del casco del arca en un área más alta de la montaña resultó ser idéntico al “extraño material” que caía en grandes cantidades del extremo norte del casco de la embarcación. Se trataba de lastre y fue lo que atrajo más el interés de John Baumgardner después que Jim Irwin le envió el espécimen que Ron le había dado y que había sido tomado de esta área superior de la montaña. Este contiene una insignificante cantidad de carbón inorgánico si se compara con la madera petrificada que contiene la increíble cantidad de más de 80 por ciento de dióxido de bióxido de manganeso y titanio. Un análisis reveló un contenido de titanio de 74 por ciento. La importancia de este espécimen es que muestra atributos que indican de que se trata de escoria o material de desecho de alguna clase de producción de metal.
¿Qué es el lastre?
El lastre es absolutamente necesario en cualquier barco. Es un material que sirve de peso y que se coloca en el casco para darle estabilidad a la embarcación. Si desea más información acerca de este asunto, puede investigar bajo “construcción naval” o “ingeniería naval”. El lastre no es algo que un barco “debe” o “no debe” tener, sino que es una necesidad. Y un barco del tamaño del arca definitivamente tenía que usar alguna clase de lastre. La evidencia en el arca muestra que los constructores utilizaron el material más ingenioso para ello.
Producción de aleación de metales
El hecho de encontrar los restos de un barco en la ladera de una montaña con una gran cantidad de material pesado saliendo de su casco (idéntico a la escoria) indica que tal vez, como los metales que se utilizaron para su construcción fueron de fabricación exclusiva, el producto de desecho de estos metales se utilizó para ser colocado en el casco. Esto suena tremendamente lógico. Un barco de semejante tamaño habría necesitado una gran cantidad de lastre y esta sería la fuente perfecta.
Pero, ¿de dónde sacamos que había producción metalúrgica antes del diluvio? Además de la presencia de una gran cantidad de metal a intervalos regulares en el arca; el manganeso, que se encuentra en grandes concentraciones en estos especimenes de lastre, se usa en la producción de muchas aleaciones: “Más de 95 por ciento del manganeso producido por la industria moderna es usado en la manufacturación de aleaciones de hierro en la industria metalúrgica, mayormente para crear acero. Si el acero se produce sin manganeso, se rompe al laminarlo o forjarlo. El acero suele tener menos de uno por ciento de manganeso. El acero de manganeso (12-14 por ciento de manganeso) es usado para tareas pesadas. Este presenta una superficie dura y resistente sobre un centro irrompible forjado. El manganeso producido electrolíticamente se usa más que todo en la fabricación de acero, pero también en la fabricación de aleaciones no ferrosas de cobre, aluminio, magnesio, aleaciones de níquel y en la producción de químicos de alta pureza. Prácticamente todas la aleaciones comerciales de aluminio y de magnesio contienen manganeso para mejorar la resistencia a la corrosión y sus propiedades mecánicas” (Encyclopaedia Brittannica, ed.1985, t.6, p. 563; bajo “manganeso”).
En un análisis del lastre, John Baumgardner colocó la siguiente nota: “Residuos de la producción de una aleación de aluminio”, firmó su nombre y lo selló, “Los Alamos”. Esta muestra particular contenía 31.44% de manganeso, 41.95% de titanio, nada de hierro, 11.33% silicio y 7.19% de aluminio, entre otros elementos. Esto indica que tal vez había más de un tipo de aleación incluida en estas muestras de lastre, y que esta en particular era el residuo de alguna producción de aluminio.
“Las aleaciones de aluminio-manganeso son muy populares en la fabricación de utensilios de cocina, intercambiadores de calor, equipos químicos y tanques de almacenamiento […] añadiendo una mayor cantidad (cerca de diez por ciento) de silicio a los productos comerciales de aluminio puro, una aleación con un punto de fusión relativamente bajo […] Como el silicio le otorga una gran flexibilidad al metal derretido, esta aleación se usa mucho en las fundiciones. Al añadir hasta un cinco por ciento de manganeso, se obtiene un producto con un buen límite elástico, bueno para ser soldado, resistente al endurecimiento y a la corrosión en el ambiente marino […] Si se añade tanto silicio como manganeso al aluminio se obtiene una aleación fácil de moldear, trabajar, soldar y terminar; resistente a la corrosión y de dureza media” (Ibíd., t.1, p. 644, bajo “Productos y producción de aluminio”).
El mejor lastre, bajo el microscopio de electrones, tiene la apariencia de escoria y puede identificarse fácilmente. El tipo de producción de metal exacto del que provino no puede saberse con precisión. Pero gracias al contenido de los especimenes, que coincide con los procesos modernos de producción de aleaciones de metal, podemos decir con mucha convicción que se trata de escoria. Esta gran cantidad de manganeso se utilizó como producto de desecho porque, aunque se necesita para producir la aleación, solo un pequeño porcentaje permanece en el producto final. El exceso se desecha como escoria, junto con una pequeña cantidad de otros elementos que también se usan en el proceso de aleación de metales.
Titanio
El descubrimiento de titanio en una alta concentración es de especial interés. El proceso mediante el cual puede producirse titanio como metal solo se conoce desde 1936. “Aunque al titanio se le conoce como un elemento desde que fue descubierto en 1791 por William Gregor en Inglaterra, y su hallazgo en el rutilo en 1795 y en la ilmenita en 1797; no fue sino hasta que William Justin Kroll, un refugiado alemán en Estados Unidos, inventó un proceso de reducción de magnesio en 1936 que hizo posible la producción de titanio metálico. El proceso, que Kroll cedió al Ministerio de Minas de Estados Unidos, deja en su forma original o modificaciones, el método principal que se usa actualmente para obtener titanio desde la mena” (Ibíd., t.18, p. 455, bajo “Productos y producción de titanio”).
La ventaja del titanio como metal es su tremenda dureza y su poco peso, que lo hace ideal para ser usado en la tecnología médica y aeroespacial. El análisis elemental cuantitativo del remache que Ron encontró en 1991 reveló 8.62% de aluminio, 10.38% de hierro, 1.33% de manganeso y 2.7% de sodio, así como un
1.92% de titanio. Curiosamente, el proceso de refinación del titanio requiere de SODIO y de MAGNESIO y como podrán imaginarse, ¡ambos estaban presentes en la muestra! “El purísimo tetracloruro de titanio que se produce es reducido a titanio metálico por la reacción al magnesio o al sodio. Los procesos de Kroll, que usan magnesio y sodio como agentes reductores, son procesos que se realizan en masa en reactores más grandes (Ibíd., p. 456).
Los análisis combinados del remache fosilizado evidencian claramente que estaba hecho de una aleación que contenía aluminio, hierro y titanio; lo que lo hacía muy fuerte, liviano y resistente a la corrosión del agua marina. ¿Es todo esto casualidad? El lastre contiene elementos que coinciden totalmente con las producciones de aleaciones de aluminio, titanio y hierro. El remache contiene elementos que muestran el uso de procesos de aleación de alta tecnología.
Además, “los principales elementos de aleación que se le añaden al titanio son el aluminio, el vanadio, el molibdeno, el manganeso, el hierro y el cromo” (Ibíd.). Los tres análisis del remache arrojaron la existencia de hierro, aluminio, manganeso, vanadio y cromo. Quizá una o dos de estas cosas puedan aceptarse como “coincidencias”, pero en general, la verdad no puede negarse.
Hierro trabajado a mano
En junio de 1985, cuando Ron, Dave Fasold y John Baumgardner exploraron el lugar con los detectores de metales, Dave encontró un espécimen que según explicó John en cámara, mostraba características de ser hierro tallado a mano. Dave Fasold escribió en su libro “El Arca de Noé”, sobre los resultados de los análisis subsiguientes de John a esta muestra: “Me llegó el correo y abrí rápidamente el sobre con los resultados del Laboratorio Los Alamos. Este contenía un análisis semi-cuantitativo de las muestras de hierro recuperadas del arca. Los resultados estequiométricos eran sorprendentes, estando los siete entre 60 por ciento, hasta 91.84 por ciento de FE2O3. La lectura más alta se obtuvo de un soporte angular”.
El soporte angular fue el espécimen que según John tenía apariencia de hierro labrado a mano. El alto contenido de hierro en las vigas petrificadas verifica nuevamente el hecho de que el agua que fluyó y que afectó el proceso de petrificación pasó por sobre una gran cantidad de objetos de hierro antes de llegar a estas. Pero, ¿de dónde vino este hierro? Ciertamente no del terreno circundante, que solo muestra un contenido de hierro insignificante. La evidencia indica que probablemente se produjeron varias aleaciones para ser usadas en diferentes objetos, dependiendo de las propiedades que se necesitaban. De hecho, la evidencia es demasiado circunstancial para ser interpretada de otra manera, excepto que muestra pruebas concluyentes de las aleaciones de metales que se utilizaron en el arca.
La teoría de los “nódulos de manganeso”
‘Un “prominente científico” que proclama ser cristiano, rechaza todas las evidencias que se han encontrado en el lugar. ¿Por qué? Porque después que supo de ellas, siguió pidiendo dinero para su proyecto favorito, seguir buscando el arca en el monte Ararat. Aunque nunca se molestó en presentar razones convincentes para refutar la mayoría de la evidencia (prefiriendo simplemente decir que las ha investigado tres veces), SÍ presentó un argumento contra el lastre encontrado. Después de todo, podría decirse que estos especimenes son la evidencia más increíble e importante; y hablar en contra de ello requiere de una explicación adicional.
Este personaje atacó el análisis de un espécimen específico: el que contiene 84.14 por ciento de dióxido de manganeso, afirmando que se trata simplemente de un “nódulo de manganeso”, algo común en el lecho del océano.
Primero que nada, no estamos en el lecho marino, sino a 6.300 pies de altura (1.920 m.) y a miles de kilómetros del pacífico, que es donde generalmente se encuentran estos nódulos. Pero no tomemos eso en consideración. Echemos un vistazo a estos “nódulos” y veamos qué características tienen… “…estos nódulos de manganeso contienen tanto como 2.5 por ciento de níquel, 0.2 por cierto de cobalto y 35 por ciento de manganeso. En algunos depósitos, el contenido del cobalto y manganeso son tan altos como 2.5 por ciento y 50 por ciento, respectivamente. Tales concentraciones se considerarían menas de un altísimo grado si fueran encontradas en tierra” (Encyclopaedia Britannica, ed. 1985, t.13″, p. 503, bajo “Mares y océanos).
Como vemos, un 50 por ciento de contenido de manganeso se considera el mayor porcentaje que puede encontrarse en estos nódulos, así como en las menas terrestres. Sin embargo, el promedio es de un 35 por ciento. Nuestros análisis de los especimenes de lastre muestran un 87%, 84% y 80%; mucho más de lo que se encuentra en estos nódulos. De igual manera, los nódulos contienen cobalto y níquel, minerales que no están presentes en los especimenes de lastre. Además, el tamaño también debe ser tomado en cuenta. Se afirma que los nódulos tienen un tamaño promedio de cuatro centímetros (un poco menos de dos pulgadas), pero algunos de nuestros especimenes tienen diez pulgadas de diámetro (25 cm.) o más. Estos factores, combinados con el hecho de que las muestras del lastre contienen otros elementos NO encontrados en los nódulos de manganeso, es una evidencia sólida para descartar la teoría de esta persona.
“¡No veo ninguna madera petrificada!”
Es de suponerse que un científico entrenado sea capaz de reconocer los fragmentos esparcidos alrededor del arca como madera petrificada. Sin embargo, no lo hacen. ¿Por qué? Porque son evolucionistas entrenados a quienes se les ha enseñado a creer fielmente que en toda madera petrificada pueden verse los anillos de crecimiento. Sin embargo, si no hay un conocimiento del relato bíblico, no entenderán ni creerán que antes del diluvio (en el que no creen) las condiciones eran tan diferentes que los anillos de crecimiento NO EXISTÍAN.
Génesis 2:5, 6, dice: “Y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; PORQUE JEHOVÁ DIOS AÚN NO HABÍA HECHO LLOVER SOBRE LA TIERRA, ni había hombre para que labrase la tierra, SINO QUE SUBÍA DE LA TIERRA UN VAPOR, EL CUAL REGABA TODA LA FAZ DE LA TIERRA”.
La Biblia afirma que no había lluvia antes del diluvio, y seguramente esta fue una de las razones por la que el mundo no creyó que esto iba a suceder. Las leyes de la naturaleza que estaban en efecto para que no lloviera, pero para que hubiera un “vapor” que regara “toda la faz de la tierra” deben haber incluido una temperatura constante. Esta temperatura no debe haber variado más de diez grados F, por lo menos. Esta relativamente pequeña variación en la temperatura no era lo suficientemente grande como para que el agua en el aire se condensara en gotas de lluvia, produciendo más bien un efecto similar al de un invernadero o el de un terrarium.
Cada día, durante la frescura del anochecer, aparecía el rocío sobre la tierra. En la mañana, este rocío se evaporaba cuando subía la temperatura. Día tras día se daba este ciclo, manteniendo un balance perfecto de humedad tanto en el aire como en el suelo.
¿Qué causa los anillos de crecimiento?
Los anillos de crecimiento en los árboles y las plantas son causados por una variación en los suministros de agua a la planta. Los anillos anuales ocurren hoy en día cuando la temperatura baja y la savia en el árbol falla en descender. Las hojas de los árboles caducifolios cambian de color, mueren y terminan cayéndose. En la primavera, el calor “despierta” al árbol de su estado de “hibernación”, haciendo que la sábila fluya de nuevo. Aunque debe haber agua en el suelo, cuando la temperatura baja, el árbol no continua su ciclo sino hasta la siguiente primavera. Por lo tanto, un anillo aparece cuando su crecimiento es temporalmente interrumpido y se reanuda cuando llega la primavera.
A veces, las condiciones del clima, como la sequía, puede ocasionar varios anillos en un solo año. Durante una sequía severa, el árbol es privado de su suministro de agua y su crecimiento se detiene temporalmente. Entonces aparece la lluvia y el crecimiento se reanuda en una misma temporada, creando dos anillos en un solo año. No hay manera de determinar el número de anillos que se han creado en un solo año; por lo tanto, el método no es confiable para determinar la edad de un árbol. La madera petrificada que contiene anillos, como la encontrada en Arizona, es post diluviana.
Incluso los evolucionistas admiten la ausencia de anillos de crecimiento en los árboles del llamado período “carbonífero”: “había, como ya hemos dicho, cortezas y madera similares a las de los árboles modernos, pero sin los anillos de invierno y de primavera que corresponden a las alternaciones de sequía y de humedad anuales. Esta es otra prueba de que el clima carbonífero era bastante uniforme” (Enciclopedia Larousse de la tierra, p. 369).
Los “CIEGOS” no pueden ver la verdad
Antes del diluvio, sin un cese anual del suministro de agua, y con una temperatura constante, los árboles crecían a un ritmo uniforme y continuo. No se formaban anillos de crecimiento. Pero los reto a decirle esto a un científico evolucionista. Este simplemente no aceptará este hecho y no reconocerá que la madera petrificada encontrada en el arca es realmente madera. Aquí tenemos un ejemplo perfecto de una afirmación que se encuentra en la Biblia, “Como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, ÉL A SU VEZ LOS ENTREGÓ A LA DEPRAVACIÓN MENTAL, para que hicieran lo que no debían hacer” (Romanos 1:28).
Cuando el hombre rechaza a Dios y su verdad, como lo dijo en su santa Palabra, Dios lo entrega a Satanás para que no pueda reconocer la verdad. Se le hace imposible aceptarla porque por haberla rechazado, ha quedado ciego. En 2 Tesalonicenses 2:11, 12 dice: “Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal”. Tristemente, este es un hecho; así que no esperemos que la mayoría acepte la evidencia que Dios ha proveído de manera tan misericordiosa.
Pero a aquellos que acepten la verdad, aunque se les hayan enseñado mentiras, se les abrirán los ojos. “y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:32). Sería ingenuo esperar que una antigua embarcación de madera de 4.300 años permanezca intacta, a menos que estuviera sepultada en las cálidas y secas arenas de Egipto, como el bote solar de Cleopatra. De hecho, son casi nulas las posibilidades de que haya sobrevivido en medio del clima extremo presente en la región de Ararat, si hubiese estado expuesto a los elementos durante toda la historia. La madera se habría desintegrado hace mucho tiempo y los remaches de metal se habrían oxidado y degradado.
Pero al estar protegida en la lava fluida, se preservó su presencia en forma de vigas de madera petrificadas. La silueta de su figura fue la única pista de este objeto en los años cincuenta. En ese entonces no había evidencia visible ni discernible.
En 1978 un pequeño terremoto hizo que el terreno alrededor del objeto colapsara, revelando en uno de sus lados espacios vacíos en donde se fragmentó y se desplomó la estructura de madera después de sufrir el proceso de gelifracción. En el otro lado, las vigas que permanecían en su lugar en la tierra, pero que igualmente están fragmentadas, aún pueden verse por la diferencia de color entre estas y la tierra que las rodea.
Su tamaño es de exactamente 300 codos egipcios, el único que conocía Moisés. El “codo “hebreo” no tuvo una medida fija en el tiempo, y no comenzó a usarse sino muchos años después que se escribió el Génesis.
En 1984, los detectores de metales revelaron la presencia de un patrón regular de lecturas de metal tanto en el tope como a los lados del arca. En 1985 este patrón fue trazado sobre la estructura, revelando la figura perfecta de un barco.
En 1986 y 1987 los escaneos de radar revelaron una estructura interna que coincide con el interior de un barco, con habitaciones y espacios internos, así como tres niveles.
Los análisis de los especimenes del arca revelaron metales que muestran evidencias de haber sido tallados a mano y aleados. El casco está lleno de un material que concuerda perfectamente con la escoria producto de una producción avanzada de metal, cuya tecnología no se conoció sino hasta 1936 y 1948.
Y todo esto en las montañas de Ararat, en una configuración montañosa igual a la maqueta que Ron creó hace años en el experimento en el que moldeó montañas en medio de un flujo de agua y puso a flotar un arca en miniatura. ¿Casualidad? No lo creo. Y doy mi vida en eso.
No hace mucho una preciosa dama cristiana llamó y preguntó si podía traer a su padre a visitarnos. Ella estaba preocupada porque él tenía problemas para creer en el relato bíblico. Estaba cumpliendo 85 años y había venido a pasarla con su familia. Cuando él vio por televisión a uno de los buscadores tradicionales del arca en un canal cristiano, afirmando haber encontrado el arca en el monte Ararat, se emocionó mucho y dijo que si alguien podía probar que el arca era real, el comenzaría a creer en la Biblia.
Así las cosas, vinieron a vernos, y nos presentaron a un señor exquisitamente agradable, educado y viajado. Pasamos toda la tarde y parte de la noche compartiendo todas las evidencias con él. No era una persona de las que se convencen fácilmente, y aplicó con nosotros todo su razonamiento y sus habilidades. Este regresó a su casa, en otro estado del país, pero unas semanas más tarde recibimos una carta suya con un recorte de periódico. Se trataba de una “carta al editor” que había enviado a un diario local. Les hablaba de la dificultad que siempre había tenido de creer en la Biblia, de su visita a nuestra casa y de las evidencias que había visto con sus propios ojos.
Pero fueron las últimas dos líneas las que me hicieron derramar lágrimas, “Ahora sé que el Dios de la Biblia es el único Dios verdadero y que lo que está escrito allí es verdad. Puedo decir confiado que este cumpleaños número 85 ha sido el mejor de mi vida”. Apenas ayer recibimos una nota de su hija en la que nos cuenta su conversación con él después que regresó a casa. Ella le preguntó si él quería orar con ella y pedirle a Jesús que entrara en su vida. Su repuesta fue que “él ya lo había hecho”. Gracias, Paul, por la experiencia. ¡Valió la pena!
¡SEÑOR, SEÑOR!
La búsqueda de la integridad
Por Ron Wyatt
Hay un texto en la Biblia que deberíamos tener presente:
“No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?’ Entonces les diré claramente: ‘Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!” (Mateo 7:21-23).
¿Tendrá alguien la osadía de estar ante Dios y decir algo en lo que no cree? Las personas en el texto bíblico, obviamente CREEN en lo que están diciendo. Ellos realmente creen que hicieron milagros en el nombre de Jesús. Pero Cristo no puede mentir, y no solo les dice que jamás los conoció, sino que los llama “hacedores de maldad”. ¿Cómo es posible que estas personas estén tan engañadas?
¿Es posible que nosotros, que a menudo hablamos de Dios a otros, estemos engañados en cuanto al “señor” que estamos sirviendo? Un examen cuidadoso de este asunto crucial sin duda ofenderá a muchos que afirman ser “portadores” de la verdad y “sanadores”; pero es preferible enfrentar la verdad ahora que hay tiempo de obtener el socorro divino para corregir los engaños de Satanás, que esperar a que Cristo nos mire a los ojos y nos diga, “JAMÁS TE CONOCÍ: ¡APÁRTATE DE MÍ HACEDOR DE MALDAD!”
¿Es posible que aquellos que aparentemente están haciendo la obra de Dios, no sean realmente de él? La Palabra de Dios no solo dice que es posible, sino que de hecho sucederá:
“Tales individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz. Por eso no es de sorprenderse que sus servidores se disfracen de servidores de la justicia. Su fin corresponderá con lo que merecen sus acciones” (2 Corintios 11:13-15).
Esta es la hora de la gran batalla de la historia. No se trata de una batalla física, sino una batalla contra lo desconocido. Pronto llegará el final de todas las cosas, y si estamos vivos cuando Cristo venga de nuevo, tomaremos parte en la batalla que vindicará al gobierno de Dios. Pero para poder vencer, debemos tener la “espada” y la “armadura”
“Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia, y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:12-17).
La carta de pablo a los Corintios dice que los ministros de Satanás se disfrazarán para aparentar ser “servidores de la justicia”. Existe un grave peligro en dejar que ALGUIEN nos “alimente” con su versión del Evangelio. Con esto no queremos decir que no hayan hombres de Dios guiados por el Espíritu Santo, sino que hay que tener mucho cuidado porque es difícil distinguir lo bueno de lo malo sin examinar cada palabra que sale de las bocas de estas personas y el testimonio de sus vidas. Un 99 por ciento de la verdad NO ES suficiente. La verdad de Dios incluye CADA PALABRA de la Biblia, y no solo las partes que los predicadores repiten.
El peligro que enfrentamos es real. Si no tenemos un conocimiento de la verdad tal como se revela en la Biblia, estamos en peligro de creer las mentiras y los engaños de Satanás. Él ya ha logrado que muchas de sus falsas “interpretaciones” de lo que dice la Biblia sean populares y hayan sido aceptadas por muchas personas. Por todas partes escuchamos estas “interpretaciones” de boca de muchos personajes famosos y aceptados por la gente.
¿Son estos quienes confrontan a Dios con sus “milagros”, “profecías” y “obras maravillosas”? ¿Han—como se dice de los mentirosos—empezado a creer sus propios engaños”? ¿Son estos los que cooperan con “el malvado“ que se describe en la siguiente cita?:
“No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza. Éste se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios […] Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida. El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos. Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal” (2 Tesalonicenses 2:3, 4, 7-12).
¿Estaré yo en ese grupo? ¿Estará usted en ese grupo? ¿No deberíamos seguir el consejo de Pablo a la iglesia de Corinto?
“Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. ¿No se dan cuenta de que Cristo Jesús está en ustedes? ¡A menos que fracasen en la prueba!” (2 Corintios 13:5). ¿Es posible que conozcamos la verdad y la proclamemos y aun así seamos enemigos de Dios?
“Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad” (Romanos 1:18).
Años atrás asistí a una reunión de tiendas en Bowling Green, Kentucky, en la que un evangelista que afirmaba tener poder para sanar. Este hombre procedió a realizar sus “milagros”, como restaurar el sentido del olfato y otra serie de cosas que le ganaron las alabanzas de los asistentes. Pero el gran final ocurrió cuando un hombre que se veía terriblemente tullido y retorcido en una silla de ruedas pasó al frente. Después que el evangelista pronunció las palabras para “sanarlo”, este hombre comenzó literalmente a “destullirse” poco a poco.
De una en una cada articulación comenzó lentamente a estirarse, para asombro de los asistentes. Entonces, sin ningún tapujo, el sheriff del condado, quien había estado mirando desde atrás, comenzó a caminar hasta el micrófono. “La reunión queda suspendida, váyanse todos a sus casas”. Conversando después con él nos contó que conocía de toda la vida al “viejo Jack”, el hombre de la silla de ruedas, y que este sufría de síndrome de hipermovilidad.*
El viejo Jack le confesó al sheriff que había estado viajando con este “sanador” desde hacía algún tiempo, y que era “destullido” en cada reunión. El Sheriff le dio al “sanador” hasta el mediodía siguiente para que empacara sus maletas y se fuera de su condado. Años después, uno de los hijos de este “sanador” se suicidó y dejó una nota en la que decía que no quería seguir siendo cómplice de los engaños de su padre. Lo más triste de esto, amigos, es que este evangelista sigue siendo popular y continúa realizando hoy en día sus “actuaciones”.
¿Exageramos el relato de nuestras experiencias para honrar más a Dios? ¿Inventamos experiencias para recibir más invitaciones a hablar, y de esta forma conseguir ofrendas de amor más sustanciosas? ¿Hay algo que sea tan bueno como mentir?
“Hay seis cosas que el Señor aborrece, y siete que le son detestables: los ojos que se enaltecen, la lengua que miente, las manos que derraman sangre inocente, el corazón que hace planes perversos, los pies que corren a hacer lo malo, el falso testigo que esparce mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos” (Proverbios 6:16-19).
¡Tres de las “abominaciones” son formas de mentir!
Dios detesta la mentira en cualquiera de sus manifestaciones, incluso las exageraciones. Y, ¿qué pasa con aquellos que mienten, incluso cuando afirman ser de Dios?
“Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los idólatras y todos LOS MENTIROSOS recibirán como herencia el lago de fuego y azufre. Ésta es LA SEGUNDA MUERTE” (Apocalipsis 21:8).
Quienes “aman mentir” son como los adictos a las drogas, que necesitan cada vez más y más con el paso del tiempo. ¿Es posible que podamos perder la presencia de Dios en nuestras vidas y que no nos demos cuenta de ello?
Refiriéndose a Sansón, la Biblia dice:
“Luego ella gritó: ‘¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!’ Sansón despertó de su sueño y pensó: ‘Me escaparé como las otras veces, y me los quitaré de encima’. PERO NO SABÍA QUE EL SEÑOR LO HABÍA ABANDONADO” (Jueces 16:20).
Saúl, el primer rey de Israel, tuvo una experiencia similar:
“Mas Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, Y SE HABÍA APARTADO DE SAÚL” (1 Samuel 18:12).
¿Tenemos un patrón o modelo por medio del cual podamos medirnos a nosotros mismos?
“Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna” (Zacarías 9:9).
Cuando leemos las historias de los siervos de Dios en la Biblia, encontramos que solo aquellos que fueron reyes y reinas vistieron y vivieron suntuosamente. CRISTO, EL HIJO DE DIOS, ERA “MODESTO”. ¿En dónde, en medio de los seguidores profesos de Cristo, están quienes siguen su ejemplo?
“Ciertamente les aseguro que ningún siervo es más que su amo, y ningún mensajero es más que el que lo envió” (Juan 13:16).
Podemos ver a muchos que por su manera de vestir y sus actitudes muestran que lo que buscan es el halago de los hombres. Estos “líderes” se exaltan a sí mismos y a quienes los exaltan. “Profetizan” y afirman estar haciendo “muchas cosas maravillosas”. Si estos no son aquellos de los que habló Cristo, que lo llamaban continuamente “Señor, Señor”, ¿dónde entonces debemos buscarlos?
Cristo dio a sus seguidores advertencias y consejos sobre los “líderes religiosos” de su tiempo:
“Tengan cuidado de los maestros de la ley. Les gusta pasearse con ropas ostentosas y que los saluden en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes. Se apoderan de los bienes de las viudas y a la vez hacen largas plegarias para impresionar a los demás. Éstos recibirán peor castigo” (Marcos 12:38-40).
Así como existen personas que realizan milagros engañosos, como el hombre para quien trabajaba el “viejo Jack”, tenemos también a aquellos que aparentemente pueden sanar realmente a los enfermos. Pero esto NO PUEDE tomarse como una prueba para saber si es un verdadero hombre o mujer de Dios. Satanás tiene la habilidad de inflingir enfermedades sobre los hombres. En Job, capítulo 2, se narra la historia de los forúnculos que hacían sufrir a Job. No hay duda de que Satanás puede eliminar la causa de la enfermedad y de esta forma, “sanar milagrosamente a la víctima”. Los que se acercaron a Cristo en Mateo 7 han echado demonios, profetizado y realizado muchas obras maravillosas. Pero ellos lo hicieron por el poder sobrenatural del diablo. La prueba de esto es que Dios “nunca los conoció”.
¿Cómo podemos discernir entonces entre la verdad y el error?
“!A LA LEY Y AL TESTIMONIO! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20).
“Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad. Pero afuera se quedarán los perros, los que practican las artes mágicas, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los idólatras Y TODOS LOS QUE AMAN Y PRACTICAN LA MENTIRA” (Apocalipsis 22:14)
Cristo preguntó algo muy pertinente a sus discípulos:
“Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?” (Lucas 18:8).
¿Por qué preguntó esto? Pablo responde:
“Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír” (2 Timoteo 4:3).
Cristo debería tener la última palabra en todo asunto:
“Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros PARA ENGAÑAR, DE SER POSIBLE, AUN A LOS ELEGIDOS. Fíjense que se lo he dicho a ustedes de antemano” (Mateo 24:24, 25).
Creemos que somos lo suficientemente inteligentes como para dejarnos engañar por Satanás, pero no podemos estar tan seguros. Se acerca el tiempo en que el enemigo falsificará los milagros de Dios. ¿Se acuerdan cuando Elías se reunió con los sacerdotes de Baal en el monte Carmelo, y bajó fuego del cielo y consumió TODO, incluyendo a los sacerdotes?
“También hacía grandes señales milagrosas, incluso la de hacer caer fuego del cielo a la tierra, a la vista de todos. Con estas señales que se le permitió hacer en presencia de la primera bestia, engañó a los habitantes de la tierra. Les ordenó que hicieran una imagen en honor de la bestia que, después de ser herida a espada, revivió” (Apocalipsis 13:13,14; ver también Job 1:16, en donde ya Satanás había hecho esto en el pasado).
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N del T: El síndrome de hipermovilidad se define como un exceso en el rango normal de movimiento de una articulación. Para algunos, la hipermovilidad puede ser una ventaja, como en los bailarines de ballet y los gimnastas, ya que algunos de sus movimientos van más haya del rango normal del movimiento