Boletin 16: 30 de junio de 1996
OPOSICIÓN
“Un poco de oposición siempre es de gran ayuda para un hombre. Cuando los cometas levantan vuelo, lo hacen en contra del viento. Es preferible tener el viento en contra que no tener nada de viento. Ningún hombre jamás logró nada sin ninguna clase de dificultad. Que nadie palidezca, entonces, cuando tenga que enfrentar oposición”. John Neal (siglo XIX).
¿Cuál sería nuestra reacción si comenzaran a circular falsos rumores e historias infundadas sobre nosotros? Como seres humanos es normal que repliquemos para probar nuestra inocencia y dar a conocer la verdad. Pero, ¿es correcto actuar de esta manera?
La manera en que reaccionamos a la persecución y el trato que damos a quienes nos persiguen es un asunto de extrema importancia, especialmente ahora.
A través de las edades quienes han hecho la obra del Señor han tenido que atravesar duras pruebas y persecuciones. Muchos han pagado su fe y obediencia a él con sus vidas. Desde el mismo comienzo de la historia de la humanidad hubo una férrea oposición entre el “bien” y el “mal”.
“Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón” (Gén. 3: 15).
Al ceder ante la tentación, Adán se exaltó por encima de Dios y se creyó lo suficientemente sabio como para decidir por sí solo, AUNQUE su decisión fuese contraria a la voluntad de Dios. Al actuar de esa manera, estaba abriendo “la puerta” que inundaría la tierra de una aflicción jamás vista en el universo. Satanás se hizo entonces del gobierno temporal del planeta:
“El dios de este mundo les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del Evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Cor. 4: 4).
No existe término medio, los seres humanos o somos “de Dios” o somos “de Satanás”:
“Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efe. 2: 1, 2).
Los que amamos a Cristo con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma y buscamos ser como él somos los grandes enemigos de Satanás. Somos por ahora, como Abraham, “extranjeros en tierra extraña”. Aunque debemos vivir temporalmente en este mundo, no aceptamos la autoridad de su “príncipe” efímero, sino la de su verdadero Rey:
“Anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad” (Heb. 11: 16).
“Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo” (Efe. 2:19).
A estos es a quienes odia “el príncipe de este mundo” y ha buscado destruir desde un principio. Su mayor deseo es extinguir la fe de los santos a fin de que pierdan la vida eterna y sean destruidos junto con él y los ángeles caídos. Si él ve que no puede apagar su fe hará todo lo que esté a su alcance para destruirlos físicamente y truncar su labor de predicar el Evangelio de salvación.
Los que pertenecemos a Cristo no debemos esperar una vida de facilidad, abundancia y tranquilidad. Cristo más bien dijo que sería todo lo contrario:
“Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os odia. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: ‘El siervo no es mayor que su señor’. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra” (Juan 15: 19).
Cristo no dijo, “puede ser que os persigan”. Él dijo: “OS PERSEGUIRÁN”. Eso es especialmente cierto hoy, que nos acercamos vertiginosamente al regreso de Cristo, Satanás “ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Apoc. 12: 12). Todavía queda por terminar la obra de Dios antes de su regreso, y HEMOS de estar al tanto del trabajo del enemigo. Tenemos que tener un conocimiento claro de lo que sucede a nuestro alrededor.
Me llegan a la mente en este momento las palabras de una obrera fiel que hace más de cien años escribió:
“Como hijos de Dios, deberíamos dudar cuando el mundo o los cristianos profesos hablen bien de nosotros. Quienes tenemos el deseo sincero de ganarnos la corona de la vida eterna no deberíamos sorprendernos o desanimarnos porque en cada paso que damos hacia la Canaán celestial encontramos obstáculos y pruebas. La oposición que recibió Cristo provino de su propio pueblo”
Satanás sabe que la Palabra de Dios es poderosa, y por eso él y sus demonios usan a las mentes no consagradas para atacar a los mensajeros de la verdad. “Si no puedes desacreditar el mensaje, desacredita al mensajero”.
“Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes de vosotros” (Mat. 5: 11)
Muchos aparentan ser “buenos” con sus palabras y fieles al “evangelio” que profesan, pero en realidad quien está detrás de esa fachada es el “príncipe de las tinieblas”. Un enemigo que usa su verdadero uniforme es fácil de identificar, pero el enemigo que se disfraza y profesa ser “uno de nosotros” es el más engañoso y peligroso:
“Y esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Cor. 11: 14).
La mayoría de estos “ministros de justicia” están entre aquellos que señalan a los que están haciendo la obra de Dios y los tachan de mentirosos, y al mismo tiempo afirman que ELLOS son los que tienen la verdad. Especialmente cuando la verdad no puede ser refutada, estas personas formulan falsas acusaciones y repiten calumnias y mentiras. Esto es algo que siempre existirá mientras vivamos en este mundo contaminado por el pecado.
¿Cómo deberíamos entonces reaccionar los cristianos cuando descaradamente se hacen acusaciones falsas en nuestra contra y se nos persigue? Tenemos el ejemplo de José, quien fue vendido como esclavo por sus propios hermanos, calumniado por la esposa de Potifar y puesto en prisión. A pesar de haber atravesado esas terribles circunstancias, José fue capaz de perdonar a sus hermanos. En la cárcel, la honestidad y la justicia de José eran tan resaltantes, que se ganó la confianza absoluta, primero del administrador de la prisión, y después del faraón. Refiriéndose a José, el faraón de Egipto dijo:
“Después de haberte dado a conocer Dios todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además el faraón a José: —Yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto” (Gén. 41: 39-41).
Satanás en un experto en crear mentiras y acusaciones contra los santos de Dios. En el caso de José, no había cómo probar su inocencia. Era su palabra contra la de la esposa de Potifar. ¿A quién le creería Potifar, a José, o a su esposa? La naturaleza humana hace que la palabra de los hombres que ocupan “altas posiciones” esté por encima de cualquier persona “común”, Y en este caso, José era un esclavo,
La vida de José ha sido una lección para la humanidad a través de las edades, Él puso su reputación en manos del único juez que conoce realmente el corazón. El hecho de estar encerrado en la cárcel debe haber sido terrible para él. Sin embargo, su fe no desfalleció. Gracias a su carácter justo, Dios pudo usarlo para convertir a Egipto en un refugio temporal para que la nación de Israel creciera y proliferara. Se les dio, “lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés” o “la tierra de Gosén” (Gen. 47: 6, 11), todo por la confianza que José había obtenido de parte del faraón.
Pero ningún ejemplo se compara al de Cristo. El uso de palabras duras y los deseos de venganza contra quienes nos calumnian jamás pueden asemejarse al carácter de Cristo.
“Porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. Él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca. Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Ped. 2: 21).
Las calumnias contra nuestro carácter pocas veces son vindicadas por las palabras de indignación y las alegaciones de inocencia. Nada puede vencerlas más que la verdad. Nunca hubo alguien que haya sufrido más que nuestro Salvador, y sin embargo, no existe registro alguno que indique que él haya defendido su inocencia. Se dedicó a predicar palabras de vida y no permitió que nada lo distrajese de su obra. Su vida y su ejemplo vencieron todas las mentiras y difamaciones. Leamos sus palabras cuando fue crucificado:
“Cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, lo crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: —Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. (Luc. 23: 33).
Al borde de la muerte, en medio de un dolor insoportable, sus pensamientos se concentraron en aquellos que estaban perdidos y que lo estaban matando, intercediendo para que pudiesen obtener un conocimiento de la verdad. La Biblia registra a varios que llegaron a tenerlo.
“El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, al ver el terremoto y las cosas que habían sido hechas, llenos de miedo dijeron: ‘Verdaderamente este era Hijo de Dios’” (Mat. 27: 54)
A veces, el ejemplo en la vida y el carácter de una persona es lo que gana almas para Cristo, con la misma fuerza como podrían hacerlo las palabras:
“Mantened buena vuestra manera de vivir entre los gentiles, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” (1 Ped. 2: 12).
OPOSICIÓN
Esta es quizás la mayor prueba que un cristiano puede enfrentar. Durante año y medio hemos visto cómo a alguien a quien amamos entrañablemente se le ha estado acusando de un delito que no cometió. La evidencia indica que esta persona es inocente, pero no fue permitido presentarla en la corte. Olvidado por la iglesia y sus amigos, se encuentra ahora en prisión cumpliendo una larga condena. Sin embargo, en medio de esta terrible prueba, él ha seguido manifestando su fe en su Salvador y ha ganado muchas almas para Cristo dentro de las paredes de la prisión. Entre las conversaciones que hemos tenido con él, más de una vez salió a relucir la manera en que otra persona dispuso toda la evidencia para hacerlo aparecer como culpable. No tengo dudas de que la corona de la vida de este amigo estará llena de estrellas en la Nueva Jerusalén. Muchas almas que jamás habrían escuchado las buenas nuevas se habrían perdido si no hubiese sido por el sufrimiento en prisión de este cristiano, quien a pesar de la persecución y las pruebas permaneció fiel.
Cristo les dijo claramente a los discípulos que no pensaran que algún día iban a dejar de tener oposición. De hecho, dejó claro que nuestros mayores enemigos muchas veces serían quienes están más cerca de nosotros:
“No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino espada, porque he venido a poner en enemistad al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra. Así que los enemigos del hombre serán los de su casa” (Mat. 10: 34).
Satanás está trabajando constantemente para desacreditar la verdad de Dios de cualquier manera posible. Pero la verdad tiene un poder innato que la hará prevalecer. Tal vez esto no ocurra en nuestro “tiempo”, pero ocurrirá en el tiempo perfecto de Dios. José sufrió mucho durante un tiempo por la falsa acusación que se hizo en su contra. Pero eventualmente fue reivindicado y su inocencia salió a relucir.
“Así nada hay oculto que no haya de ser descubierto, ni escondido que no haya de ser conocido y de salir a la luz” (Luc. 8: 17).
Muchos se opondrán a la verdad y hablarán vehementemente en contra de ella. Pero mientras más se argumente en su contra, mayor esta brillará. Muchos que nunca antes se interesaron en ella sentirán curiosidad cuando escuchen acerca de la gran controversia y decidirán ponerse a investigar este asunto tan controversial. Aquellos que tienen un deseo sincero de saber lo que es la verdad la conocerán y la entenderán. Otros no se conformarán con toda la evidencia que se les muestre para convencerse. Este último punto último nos lleva a considerar otro asunto.
Mientras estaba en el exilio, Nehemías, el copero del rey persa, escuchó que su pueblo en Jerusalén estaba pasando por grandes dificultades. Al igual que Moisés y los demás que lo precedieron, Nehemías se llenó de pesar por lo que le estaba sucediendo a su pueblo, así que en medio de su dolor oró y ayunó en su favor. Apenas recibió el permiso del rey para ir a Jerusalén a organizar al pueblo y reconstruir las murallas, sus vecinos paganos (que odiaban a los judíos y se burlaban de ellos) se llenaron de ira. En medio de su odio y envidia por los judíos, se alistaron para detener lo que estos se proponían a hacer:
“Nuestros enemigos dijeron: ‘Que no sepan ni vean hasta que entremos en medio de ellos, los matemos y hagamos cesar la obra’” (Neh. 4: 11)
Pero Nehemías, al tanto del plan para atacar a Jerusalén, dispuso centinelas sobre los muros en construcción junto a los obreros:
“Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad se mantenía armada con lanzas, escudos, arcos y corazas” (Neh. 4: 16).
La obra fue terminada como Dios lo había ordenado, a pesar de la amenaza de ataque que se cernía sobre ellos. Nehemías tenía la seguridad de que el Dios supremo los fortalecería, así que no temió la oposición que tuvo que enfrentar. Satanás había buscado intimidar a Nehemías y a los judíos, y así, a través del miedo, detener la obra que Dios les había ordenado. Ellos, sin embargo, se negaron a detener la construcción del muro, pues sabían que su Dios podía protegerlos del peligro:
“Nuestro Dios peleará por nosotros” (Neh. 4: 20).
A medida que iba progresando la obra, y los vecinos paganos vieron que esta estaba casi terminada (excepto por las puertas de la ciudad) se decidieron a emprender otro método de ataque. Comenzaron a enviarle mensajes a Nehemías diciéndole que las naciones vecinas pensaban que la razón por la que estaban construyendo las murallas era porque estaban planificando rebelarse contra Persia y establecer su propio reino. Amenazaron con ir a donde el rey de Persia para acusarlos de sus planes de rebelión, lo que habría traído graves consecuencias si se hubiese llevado a cabo.
“Se ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú su rey; y que has puesto profetas que, refiriéndose a ti, proclamen en Jerusalén: ‘¡Hay rey en Judá!’ Estas palabras van a llegar a los oídos del rey; ven, por tanto, y consultemos juntos” (Neh. 6: 6).
La amenaza era un plan para hacer que Nehemías detuviera la obra y se reuniera con ellos, logrando así atraerlo a un lugar donde pudieran matarlo. Pero de nuevo Nehemías puso su fe en Dios y no se intimidó ni se distrajo de su deber:
“Entonces envié mensajeros para decirles: ‘Estoy ocupado en una gran obra y no puedo ir; porque cesaría la obra si yo la abandonara para ir a vosotros’” (Neh. 6: 3).
Cuando fue amenazado abiertamente por Sanbalat de que lo iban a acusar ante el rey de Persia de traidor, Nehemías replicó:
“No hay nada de lo que dices, sino que son invenciones de tu corazón” (Neh. 6: 8).
Nehemías nunca se apartó de su trabajo, y las amenazas, persecución abierta y falsas acusaciones no recibieron protestas como respuesta, sino el enunciado de los hechos y la negativa a dejar de trabajar para ir a discutir con ellos o con quien fuera. Su absoluta dependencia al Dios de sus padres era su única seguridad:
“Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: ‘Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada’. ¡Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos!” (Neh. 6: 9).
La Biblia nuevamente nos enseña de forma clara cómo lidiar con la oposición. En este caso, Nehemías enfrentó peligrosas trampas, y de haber sido un hombre de poca fe y haberse dejado amedrentar y caer en la trampa de reunirse con sus enemigos paganos, habría sido asesinado.
Cuando se le amenazó de que lo acusarían de traidor ante el rey de Persia, él sabía que su castigo no sería otro que la muerte. Pero también sabía que Dios lo protegería y le daría la fortaleza necesaria para finalizar la obra si permanecía fiel a él y colocaba en él toda su confianza. Él nunca condescendió en gastar ni tiempo ni energías en debatir con la oposición. ¿Cuál fue el resultado? Las murallas fueron terminadas.
Si dejamos que la oposición nos intimide y que detenga la obra que se nos ha encomendado, perdiendo tiempo enfrentando falsas acusaciones y tratando de enmendar las cosas, con seguridad perderemos la batalla.
“Y muchos seguirán su libertinaje, y por causa de ellos, el camino de la verdad será blasfemado. Llevados por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya hace tiempo la condenación los amenaza y la perdición los espera” (2 Ped. 2: 2, 3).
Debemos seguir adelante y confiar en que él puede vencer todas las dificultades. Debemos aprender a reflejar el carácter de su Hijo, quien enfrentó la más severa persecución y las peores acusaciones y no reaccionó con indignación.
“Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia” (Rom. 5: 3).
“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene una gran recompensa, pues os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (Heb. 10: 35, 36).
“Seréis odiados por todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, este será salvo” (Mat. 10: 22).
“Porque aún un poco y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Heb. 10: 37).
Para que quede constancia
Todas las personas, incluso quienes nos atacan ferozmente, son preciosas para Cristo. Si nos levantamos a recusar a aquellos que nos atacan, estamos erigiendo una barrera. Estas personas se pondrían inmediatamente a la defensiva por el hecho de haber insinuado que ellos son los mentirosos y no nosotros. Y estos pueden pensar sinceramente, como le pasaba a Saulo, “que rinden servicio a Dios” (Juan 16: 2) denunciándonos. Quizá están viviendo en ignorancia y no se dan cuenta de ello. Estas personas aún no han rechazado la verdad y pueden ser ganadas para Cristo.
No sabemos quiénes han rechazado y quienes no el último llamado de la misericordia. No debemos denunciar a nuestros oponentes ni tratarlos irrespetuosamente. Debemos, como José, poner toda nuestra confianza en Dios. Debemos tener cuidado y consideración por quienes están perdidos sin importar lo que nos hayan hecho, y orar por ellos como lo hizo Cristo.
Durante el transcurso del trabajo de Ron en varios proyectos, numerosas personas han querido involucrarse. Algunos han dicho que Ron no está calificado para continuar este trabajo por su falta de credenciales, y han emprendido investigaciones independientes sin él.
Mientras que algunas de estas personas declararon inicialmente creer en la validez de los de los descubrimientos, ahora han cambiado de opinión. Nosotros respetamos el derecho que tiene cada individuo en tener su propia opinión. Sin embargo, a veces todos los hechos relacionados a ciertas investigaciones independientes no se dan a conocer con el “cambio de opinión”; así que nos parece justo aclarar algunos de estos asuntos acá. Aunque se supone que debemos afrontar la oposición con el mismo espíritu que Cristo la enfrentó, queremos explicar algunas consideraciones generales para que cada quien pueda decidir inteligentemente en quién creer.
Las investigaciones con radar de 1987 realizadas conjuntamente con la Universidad Ataturk y un equipo del Laboratorio Nacional Los Alamos
Un mes después de la dedicación oficial del Arca de Noé se realizaron investigaciones con radar de carácter independiente en el lugar. A nosotros se nos entregó una copia del “reporte oficial” de los barridos de radar. Para asegurarme de que este informe era auténtico, me llevé una copia a Turquía en la excursión de junio de 1992. Cuando Salih Bayraktutan se encontró con Ron en Erzurum en nuestra última tarde en ese lugar, le mostré personalmente el reporte y le pregunté si era auténtico (él podía confirmármelo, pues su nombre aparecía entre los autores del reporte. Salih es profesor en la Universidad Ataturk en Erzurum, y es miembro de la comisión que se estableció para estudiar el Arca de Noé). Él me aseguró que efectivamente se trataba del reporte oficial, titulado “INVESTIGACIÓN GEOFÍSICA DEL ARCA DE NOÉ (UBICADA EN DURUPINAR) MAH ER VILLAGE, DO UBAYAZIT, A RI EN JULIO DE 1987”
JOHN R. BAUMGARDNER
UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA
LABORATORIO NACIONAL LOS ALAMOS
M. SAL H BAYRAKTUTAN
UNIVERSIDAD ATATURK
FACULTAD DE INGENIERÍA
NOVIEMBRE DE 1987
ERZURUM, TURQUÍA
El reporte explica con un lenguaje muy técnico el proceso y los datos de los barridos de radar realizados por el “geólogo y operador de radar Thomas Fenner” (p. 6). Los barridos se hicieron con un “radar de penetración terrestre SIR System 8 fabricado por la empresa Geophysical Survey Systems de Hudson, New Hampshire (EE. UU.), cuya antena fue barrida por todo el lugar en secciones transversales con una separación de dos metros cada una. El radar emite una pulsación de altura cada 5 nanosegundos, que son transmitidos con una frecuencia de repetición de 50 Khz (p. 2) con el “radar operando a una frecuencia de 120 Mhz a fin de alcanzar la penetración máxima” (p. 8).
Resumiendo los datos registrados, el reporte dice lo siguiente:
La característica más notable observada en la data de la figura 7 es el reflejo con forma de V particularmente evidente en las secciones transversales entre y=-6 m y y=-50 m. Cuando se consideran las variaciones topográficas de la superficie encontramos que esta característica tiene una forma casi plana. La amplitud amplia de la señal de retorno del radar sugiere un amplio contraste en las propiedades dieléctricas en ambos lados de una interfase claramente definida. Aparentemente, el material que se encuentra sobre la interfase es el fango que se observa a nivel del suelo y que cubre la superficie hasta varios metros de profundidad en todo el escarpado que rodea el lugar y en las grietas y barrancos de los deslizamientos de fango de los alrededores.
Pero lo realmente importante aquí es el material que se encuentra debajo de la interfase. ¿Se trata del lecho de roca que surge de en medio del fango formando una especie de isla alrededor de la cual este fango se mueve? ¿O se trata de algo más, en vez del lecho de roca? Hay dos cosas que sugieren que no es el lecho de roca. La primera es que entre las transversales y=2m, y=20m y x>0 en los alrededores de la roca que emerge de la superficie no se registran reflejos similares de manera consecuente. El mejor candidato como material del lecho de roca es el calcoxisto que se encuentra en las colinas a cada lado del canal del deslizamiento de fango y que también se encuentra en el afloramiento de roca en el centro del objeto con forma de bote. Ya que el retorno obtenido por el radar de baja amplitud cerca del afloramiento implica un pequeño contraste dieléctrico entre el fango de la superficie y el calcoxisto, el amplio reflejo de la estructura con forma de V probablemente no sea causado entonces por una transición entre el fango y el calcoxisto.
Una segunda consideración que objeta que el material ubicado por debajo de la interfase reflectora sea el lecho de roca, es que en varios barridos, especialmente entre el y=-18 m y el y=-38 m, hay un reflejo doble que sugiere una capa en vez de una simple transición a otro material de varios metros de ancho. La existencia de una capa enorme y plana en medio de un canal por el que fluyó una inmensa cantidad de lodo de manera caótica llama poderosamente la atención, pues es algo que contradice abiertamente la mecánica de este tipo de fluidos. Si esta capa perteneció a una estructura artificial flotante su posición actual sugiere que fue arrastrada a este lugar por un deslizamiento y que quedó encallada en el afloramiento que emerge en todo el centro del objeto (pp. 8, 10).
En el último párrafo del reporte se afirma:
“Nuestra conclusión es que la data de nuestras investigaciones geofísicas no contradicen de manera alguna la teoría de que la inusual formación con forma de bote cerca del pueblo de
Mah er contiene los restos del Arca de Noé”.
En pocas palabras, este reporte afirma que los barridos de radar NO descartaron la posibilidad de que el sitio contuviera “los restos del Arca de Noé”.
De hecho, los datos presentados en el reporte de una “interfase claramente definida” de forma “casi plana” concuerdan totalmente con la conclusión de Ron de 1984 de que el fondo del casco está cubierto de lastre, el cual, según él, contiene la “interfase” que ellos detectaron. Ron encontró grandes cantidades de dióxido de manganeso que salió del interior de una sección de un metro de largo que se desprendió del objeto con forma de bote, dejando un hueco en su interior. El lastre es un material de relleno que se coloca en el casco de los barcos para darles estabilidad. Este se rellena por secciones que evitan que no se deslice hacia otra parte del casco.
¿Podría la “interfase” que ellos detectaron ser la estructura petrificada del piso del casco, incluyendo el lastre? Es posible. De hecho, nosotros creemos que es así. Dado que la densidad del lastre y del casco fosilizado deberían ser mucho mayor que la del fango y el calcoxisto del lecho de roca que se encuentra debajo del objeto, no debería haber una interfase detectable entre estos dos materiales igualmente densos. Esto queda demostrado en lo que afirman en relación al “pequeño contraste dieléctrico entre el suelo de fango y el calcoxisto”.
La profundidad revelada por los barridos
Esta “interfase” plana está a una profundidad de 4 a 8 m., lo que también confirma las medidas iniciales de Ron en 1979, tomadas a través de la grieta longitudinal que fue producida por el terremoto de diciembre de 1978. Abajo podemos ver el diagrama de Ron con las medidas publicado en su folleto de 1980 El arca de Noé: Descubierta.
Curiosamente, fue una muestra de este “lastre” que el coronel Jim Irwin envió al Laboratorio Los Alamos en 1984 como un favor para Ron, lo que llamó la atención de John Baumgardner e hizo que se interesara en investigar el lugar.
El taladrado de 1988
El reporte dice en su conclusión que se recomienda realizar taladrados en el objeto. Estos se hicieron en julio de 1988. Consideremos por un momento el tamaño del “taladrado”. Los que fueron hechos por este grupo independiente en 1988 tenían 3 pulgadas (7.6 cm.) de diámetro. En toda la superficie del lugar podrían hacerse varios cientos de taladrados del mismo tamaño. ¿Cuántos se hicieron y qué revelaron?
En su boletín de “noticias” del 19 de agosto de 1988, de título, “Buscando el arca evasiva” el Dr. John Baumgardner escribió:
“Entre el 28 de julio y el 7 de agosto pudimos taladrar con éxito cuatro agujeros de diez metros de profundidad y obtener una buena cantidad del material interno del objeto. Tres de los agujeros estaban cerca del área central del objeto, mientras que el cuarto estaba cerca del flanco externo de la protuberancia longitudinal.
Otro descubrimiento que vale la pena resaltar fue la presencia, en tres lugares del flujo de lava, de nódulos de limonita, un material amarillo brillante. La limonita es óxido de hierro hidratado, y su presencia en este lugar representa una anomalía. La pregunta crucial es, ¿cuán anómala es esta presencia?, ya que los minerales en las rocas del área de donde provino el lodo tienen un contenido de hierro moderado Sin embargo, en los meses en que he trabajado en el lugar nunca he visto este material brillante en ninguna parte en las fisuras o partes expuestas del fluido de lodo. En vista que investigaciones anteriores nos han llevado a sospechar ciertas cantidades inusuales de hierro en el lugar, la presencia de limonita es de interés especial, ya que podrían ser los restos degradados de antiguos objetos metálicos.
Una observación final en relación a las muestras del material interno del objeto es la ausencia —aparte de los nódulos de limonita— de posible evidencia de estructuras de fabricación humana. No había, por ejemplo, evidencia alguna de madera, sea petrificada o no. Sin embargo, tenemos que tener presente que la técnica del taladrado es muy limitada para encontrar estructuras arqueológicas subterráneas, especialmente si estas están escasamente distribuida y han sido significativamente alteradas por la descomposición y los cambios químicos.
Tomar cuatro pequeñas muestras en un terreno de 157 metros de largo no representa una muestra fiel del material presente en el objeto. Pero incluso en estas pequeñas muestras se encontró una cantidad de hierro extremadamente alta, incluyendo limonita.
La batalla se intensifica
El término carbonífero se creó para describir un período de “tiempo geológico” que comenzó supuestamente hace 345 millones de años y duró hasta hace aproximadamente 65 millones de años, según el concepto de la evolución. Como ya sabemos, los científicos evolucionistas creen que a estos “estratos” les toma millones de años en formarse. Pero, ¿qué creemos los cristianos? Lamentablemente, muchos creen que esto fue lo que sucedió.
Bien, el problema real comenzó hace un poco más de cien años, cuando los “humanos” comenzamos a pensar que nos estábamos volviendo “demasiado inteligentes para creer en Dios”, y las teorías de Darwin comenzaron a tener sentido para todos estos “intelectuales”. Pero Dios levantó hombres que se enfrentaran a toda esta “mentira […] vanidad sin provecho alguno” para demostrar que la “ciencia” conocida y los hechos concuerdan perfectamente con el relato bíblico. Esta es, de hecho, una dura batalla para aquellos que buscan la verdad. Quienes creemos en el relato bíblico de la creación somos catalogados como “creacionistas”, un término que se usa más bien despectivamente entre “los eruditos”. Hemos sabido de profesores universitarios que han perdido sus trabajos por creer en el relato bíblico y negarse a enseñarles a sus alumnos la teoría de la evolución. Tal vez pensemos, “bueno, al menos contamos con el apoyo de los líderes religiosos”, pero no estemos tan seguros. Lo que leeremos a continuación, apareció el 4 de noviembre de 1996 en el “U. S. News & World Report”:
El papa y Darwin
¿Creó Dios al hombre a su imagen, como dice la Biblia; o evolucionamos de los animales como teorizó Darwin hace casi 150 años? Según el papa Juan Pablo II, la evolución es la explicación más apropiada. En relación a un debate que ha dividido a los cristianos durante décadas, el papa declaró que la evolución ‘es más que una teoría’ y que no contradice para nada la fe cristiana […]. Juan Pablo II fue más allá que sus predecesores, al declarar que una ‘convergencia’ de evidencia científica acumulada en los pasados cincuenta años provee ‘argumentos significativos’ en favor de esta teoría”.
Pero mientras el maligno se esfuerza en tratar de desacreditar la verdad de la Biblia, Dios saca a relucir nuevas evidencias para su pueblo. Más o menos en la misma fecha en que apareció el artículo citado, recibimos una edición del boletín de noticias del Instituto de Investigación Creacionista que contenía el siguiente artículo en su portada:
“Importante descubrimiento en relación al diluvio
Muchos geólogos evolucionistas se burlan del diluvio de Noé al afirmar que un acontecimiento de semejantes características habría producido un solo estrato de roca alrededor del planeta. Sin embargo, un reciente descubrimiento del Instituto de Investigación Creacionista prueba que esto no es así. La peor inundación sufrida en el estado de Washington, Estados Unidos, durante el mes de febrero de 1996, produjo importantes concentraciones de agua que duraron días en bajar. Durante un trabajo de campo realizado en el área ese febrero, se descubrió que las aguas de la inundación dejaron más de 150 estratos o capas en el terreno en apenas una semana” (una fotografía acompañaba al artículo).
Los diferentes estratos dejados por el diluvio
El maravilloso descubrimiento de John MacKay es evidencia concreta de que un diluvio no habría dejado un solo estrato, como ellos afirman. ¡En este caso, una inundación que nunca se compararía a la que se describe en la Biblia, dejó más de 150 estratos en una semana!
El Instituto de Investigación Creacionista de Australia está dirigido por John MacKay, y está realizando una labor extraordinaria en dar a conocer la verdad en las escuelas públicas de todo el mundo. Ellos pueden ser contactados en las siguientes direcciones:
Sede australiana:
P. O. Box 260, Capalaba, QLD, 4157
Tlf.: (07) 3206 4467
Fax: (07) 3206 0001
Canadá: R. R. 1, Bognor Ont. N0H 1E0
Tlf./Fax: (519) 371-9543
Reino Unido: P. O. Box 1, Ashton Under Lyne,
LANCS OL69WW
Estados Unidos: P. O. Box 281, Hartsville, TN 37074
Tlf.: (615) 374-3693
Fax: (615) 374-3045
Para tener en consideración:
Cuando nos apresuramos a aceptar ciegamente lo que dicen los “eruditos”, científicos y teólogos, solo por “su mayor conocimiento” y su “buena reputación”, debemos recordar que en el tiempo de Noé también habían muchos “eruditos”, científicos y estudiosos, que finalmente rechazaron entrar en el arca.
Hablando de fábulas
Quienes hayamos leído acerca del Arca de Noé sabemos todo lo que se ha dicho acerca de ella. Pero hay una historia particular que nos gustaría discutir ahora, que demuestra hasta dónde han llegado las fábulas y por qué debemos ser tan cuidadosos.
En una ocasión, Ron llevó a alguien al arca, y esta persona quedó convencida de la evidencia (no voy a mencionar su nombre porque no es esa la intención, sino señalar lo que ocurrió). Esta persona se conocía todas estas historias y creía que una en particular había sido reportada de forma errónea. Pensaba que no se trataba de otra fábula sobre avistamientos del arca en el monte Ararat, sino del lugar real, a doce millas al sur del Ararat.
Reshit, el granjero kurdo
Arriba podemos leer el artículo, pero para resumirlo, el 13 de noviembre de 1948 la agencia de noticias Associated Press presentó una historia sobre un granjero kurdo llamado “Reshit” que dijo haber visto un barco con forma de casa a dos tercios de camino escalando el monte Ararat. Aparentemente, una inusual ola de calor había hecho que el hielo y la nieve se derritieran lo suficiente como para dejar ver la “proa del barco surgiendo en dirección a un cañón en el que toneladas de hielo derretido y nieve habían estado cayendo durante más de dos meses”.
Durante uno de los viajes de Ron al lugar a mediados de los ochenta, este individuo que mencionamos se propuso a encontrar a “Reshit”. Para resumir la historia, este hombre se fue y regresó con un hombre de unos 60 años de edad llamado “Reshit”, quien a través de un intérprete, contó la misma historia que este hombre creía:
“Reshit” estaba trabajando un día en su granja cuando de repente hubo un terremoto. Desde su campo vio lo que parecía un barco. NO fue en el monte Ararat, y por supuesto, todos creyeron que se trataba del Arca de Noé. Luego dio a conocer más detalles: El terremoto ocurrió el 15 de mayo de 1948, el mismo día en que Israel se convirtió en un estado. Hasta ahora, el reporte original de 1948 no se parecía en nada a esta nueva “versión” (ver Isaías 50: 11).
Al momento de realizarse la entrevista con este “nuevo Reshit”, Mine Unler, el contacto de Ron en Turquía, y Sevket Ekinci, gobernador de la provincia de Agri, estaban en Dogubeyazit. Después de ver lo que estaba sucediendo, Ron le pidió al gobernador (a través de Mine) que le preguntara a Reshit si estaba diciendo la verdad. En el lobby del Hotel Ararat (ahora Hotel Isfahan), el gobernador se acercó a Reshit y comenzó a interrogarlo. Reshit finalmente admitió que un grupo de hombres se le habían acercado y le habían preguntado si le gustaría hacer “felices” a los turistas y además ganar “un poco de dinero”. Por supuesto, él estuvo más que dispuesto. Cuando se le trajo al hotel, lo que hizo fue “seguirnos la corriente” cuando se le hicieron las preguntas, respondiendo afirmativamente ante cada detalle. “¡Var, var, var!” (¡Sí, sí, sí!). El dinero pasaba de manos en mano y todos quedaban felices. Por supuesto, una vez que se aprendió el libreto de memoria, la repetía de manera casi espontánea.
Cuando Ron le dijo al hombre (que había buscado al “nuevo Reshit”) lo que había dicho el gobernador, este no lo podía creer. Él había escuchado esta atractiva historia y juraba que era cierta.
Otro ejemplo de cómo muchas veces la gente trata de “crear” su propia realidad lo encontramos en otro ejemplo que también tiene que ver con esta misma historia. En su libro, Where is Noah’s Ark [¿Dónde está el Arca de Noé?], publicado por Abingdon (1978), Lloyd
R. Bailey narra la expedición de 1949 de A. J. Smith, el decano de un pequeño instituto bíblico educativo de Carolina del Norte, Estados Unidos. El objetivo de Smith “era ubicar a Reshit, contratarlo como guía, y verificar que el arca había sido finalmente descubierta. Sin embargo, en esa ocasión Reshit no apareció. Una búsqueda en pueblos “a más de 150 km. a la redonda” no dio ningún resultado en encontrar a alguien que afirmara haber visto el arca o por lo menos que conociera la historia.
En su obra, Bailey pone en tela de juicio a los autores de otros libros acerca del arca, criticando su “predisposición a creer en rumores de segunda mano, que buscan explicar la evidencia de Smith (o la falta de ella)”.
Otra cosa que menciona el artículo original de la historia de Reshit es que “no hay folclore en el lugar en relación al arca”. Esto es exactamente lo que descubrió Ron cuando comenzó su trabajo de campo en Turquía. Sus contactos en Turquía viajaron con él a un buen número de pueblos en la región preguntando si sabían de los restos de un antiguo barco en la zona. Nadie sabía nada al respecto, mucho menos del Arca de Noé.
Hay una buena explicación para esto. Entre 1915 y 1917 los habitantes originales de la región fueron completamente echados de allí, y quienes se “mudaron” al lugar no tenían idea de las costumbres y tradiciones de la región. Se trataba de etnias cerradas a la comunicación (como lo siguen siendo hoy) que nunca se enteraron de la historia ni el folclore del lugar donde se estaban asentando.
Lamentablemente, investigadores serios que han estudiado las evidencias del Arca de Noé han aceptado inocentemente la historia de “Reshit” como cierta, pues no han tenido acceso a la verdad. Esa es la única razón que hemos discutido acá.
Otra fabula
Una de las mayores frustraciones que hemos experimentado es la vulnerabilidad que tiene la gente ante cada historia que aparece. Otro ejemplo es el documental de 1993 de la CBS de nombre “El increíble descubrimiento del Arca de Noé”. Una de las historias presentadas allí fue la de George Jammal, quien mostró una pieza de madera que, según afirma, perteneció al arca. Su historia comienza con él y su compañero “Vladimir” escalando el monte Ararat en 1984, cuando supuestamente encontraron el arca. Según ellos, pudieron tomar hasta fotografías, pero desafortunadamente, “Vladimir” se cayó por una grieta en la montaña (con la cámara) y murió.
La historia de George Jammal fue recomendada a los productores por un respetado educador en el campo de la ciencia creacionista, quien avaló a Jammal y la veracidad de la historia. Sin embargo, resultó que Jammal nunca había estado en Turquía. La madera no era del Arca de Noé, sino un pedazo de madera común y corriente que había cocinado en salsa teriyaki y otros jugos. El fraude causó mucha conmoción y apareció publicado en una página completa de la revista Time el 5 de julio de 1993.
El asunto es que la historia de Jammal fue aceptada ciegamente por un hombre que supuestamente es un científico cuidadoso. No obstante, este ni se molestó en pedirle a Jammal evidencia alguna de que había estado en Turquía, ni siquiera que le mostrara la visa en su pasaporte. Pero Jammal no perpetró su fraude solo. Actuaba de común acuerdo con un miembro de la Sociedad de Escépticos, y lo hicieron con el expreso propósito de exponer “la deficiente investigación de Sun International” (revista Time).
A veces las fábulas son repetidas inocentemente por personas que, con sinceridad, creen que son ciertas. Pero como hemos visto, estas son a veces tramadas en secreto. A veces son aceptadas como ciertas sin la investigación correspondiente para verificarlas, como también hemos visto. Cuando Dios revela cosas a su pueblo, el diablo y sus secuaces están listos para hacer lo que sea para quitarnos lo que nos ha dado, y tratar de convertir la verdad en mentira. Pero recordemos su promesa de que “el Espíritu de verdad”, y no hombres, nos “guiará a toda la verdad” (Juan 16: 13).
El Dr. Ekrem Akurgal
Una pregunta que se le ha hecho a Ron en diversas ocasiones es “¿qué opinan los “verdaderos” arqueólogos sobre el objeto con forma de bote? En nuestro video “El descubrimiento del Arca de Noé” Ron aparece discutiendo la evidencia con el Dr. Ekrem Akurgal en marzo de 1985. El Dr. Akurgal afirmó que “sin duda se trata de un barco, un barco antiguo que debe ser preservado”. Pero, ¿quién es el “Dr. Akurgal?”
En cualquier biblioteca universitaria podemos encontrar al menos un libro escrito por el Dr. Akurgal (quien ha escrito al menos 16). En la parte posterior de su libro Ancient Ruins of Turkey [Las ruinas antiguas de Turquía]” (publicado primero en 1969, quinta edición en 1983, por HA ET K TABEV), se habla un poco acerca del autor:
El profesor Ekrem Akurgal estudió de 1932 a 1940, cuando recibió su doctorado. En 1941 se convirtió en expositor en la Universidad de Ankara y fue elegido profesor en 1949. Durante los últimos 25 años ha conducido excavaciones en Smirna, Sinope, Phokaia, Daskyleion, Pitane y Erythrai. Desde 1967 estuvo excavando nuevamente en la antigua Izmir. El profesor Akurgal es miembro de la Comisión Gubernamental Turca para los Monumentos Antiguos. También es miembro de los institutos arqueológicos de Austria y Alemania. El autor fue elegido miembro honorífico de la Sociedad para la promoción de los Estudios Helénicos en Londres y del Instituto Americano de Arqueología. Es un miembro honorario de las academias británica, austriaca, sueca, danesa y francesa (Academie des Inscriptions et Belles Lettres). Fue catedrático invitado en la Universidad de Princeton (1961-1962), en la Universidad de Berlín (Occidental) (1971-1972) en la Scuola Normale Superiore en Pisa en 1976, y en la Universidad de Viena (1980-1981). Desde 1951 ha enseñado en varias universidades de Europa, Estados Unidos y Gran Bretaña, así como en la Unión Soviética. Recibió un doctorado honorario de la Universidad de Burdeos en 1961. Además de la medalla Goethe, se le otorgó el “gran premio” del Ministerio de la Cultura de Turquía (1981)”.
Ron conoció al Dr. Akurgal en 1984 cuando el gobierno turco envió su propio equipo de científicos a investigar el “objeto con forma de bote”. Al Dr. Akurgal, considerado el “decano de los arqueólogos turcos”, se le entregaron los resultados de la investigación de Ron, así como al resto del equipo turco.
En marzo de 1985 Ron llevó a David Fasold al lugar por primera vez. El Sr. Fasold también deseaba conocer al Dr. Akurgal, así que Mine Unler concertó una reunión en Ankara antes de dirigirse al lugar donde se encuentra el arca. Parte de esta reunión puede verse en nuestro video del Arca de Noé.
Ron se reunió nuevamente con el Dr. Akurgal después que se dieron a conocer los resultados oficiales. Fue allí cuando este emitió su opinión de que en el lugar se encuentran los restos de un barco antiguo, basándose en la evidencia.
En esa ocasión el Dr. Akurgal le obsequió a Ron una copia dedicada de su libro Ruinas antiguas de Turquía.
El Dr. Akurgal es toda una autoridad en el área, no solo en Turquía, sino en todo el mundo. Pero a pesar de su extenso currículo, la mayoría de la gente en Turquía no sabe de su trabajo y de su reputación.
Nos sentimos muy complacidos cuando en este último viaje a Turquía, Ron leyó el siguiente artículo en la revista “Turkish Airlines’ SKYLIFE” de agosto de 1996. Ahora nuestros lectores pueden enterarse acerca de quién fue el “verdadero arqueólogo” que jugó un papel decisivo para que el gobierno turco declarara que efectivamente el “objeto con forma de bote” son los restos del “Arca de Noé”. El artículo está escrito en turco e inglés.
Un último comentario sobre el Dr. Akurgal
Como hemos visto en el artículo previo, el Dr. Akurgal es un arqueólogo “de verdad”. Es difícil pensar que un hombre de su talla pueda declarar que se ha descubierto el Arca de Noé solo por el bien del turismo. Sin embargo, eso es exactamente lo que están diciendo algunas personas que se sienten incómodas con la decisión del gobierno turco, en la cual el Dr. Akurgal participó. Es difícil imaginar que un hombre que le concedió en 1958 un doctorado honorífico en ciencias políticas al entonces presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower dañaría su reputación apoyando algo que él no cree y que no puede asegurar como verdadero.
El querubín en la cueva de Sedequías
En el boletín N° 12 (que también está incluido en nuestro libro del Arca del Pacto) hablamos en relación a un querubín tallado que se encontró en la cantera ubicada debajo de la sección musulmana de la antigua ciudad de Jerusalén. Como recordarán, en esta cantera Ron encontró que uno de los numerosos pilares de roca (que fueron erigidos para prevenir que colapsara) no estaba hecho de roca sino de escombros amontonados y tierra apilada para hacerlo ver como un pilar. Esto, según cree Ron, se hizo para ocultar una entrada a la cueva desde la ciudad. También encontró un túnel bloqueado que piensa pudo haber sido el camino tomado por quienes escondieron el arca del Pacto y otros objetos del templo.
El relieve del querubín estaba en la pared de uno de los pilares de piedra en el área de la entada del túnel. Aunque no pudimos encontrar fotografías, mostramos un dibujo realizado por la expedición de Charles Clermont-Ganneau, un erudito francés que fue el primero que investigó la cueva sistemáticamente, financiado por el Fondo de Exploración Palestino. Cuando Charles Clermont-Ganneau encontró el relieve, lo examinó y lo retiró extrayendo un bloque de roca del pilar, el cual envió a la oficina del Fondo de Exploración Palestina en Londres.
Dado su típico estilo asirio, se fechó del tiempo en que Jerusalén estuvo bajo la influencia cultural de Asiria, durante el período del primer templo. La imagen concuerda con la descripción bíblica de un querubín. Ron teorizó que cuando el arca y otros objetos sagrados fueron escondidos justo antes de la destrucción de Jerusalén por los babilónicos, se haya grabado este “querubín” en una pared cercana al túnel por donde los introdujeron para simbolizar la protección de los ángeles de Dios sobre estas cosas.
Nosotros hemos hecho todo lo posible por ver este querubín, pero no habíamos podido hallar ninguna fotografía hasta ahora. No obstante, hace unos meses nuestro gran amigo Marv Wilson de Celina, Texas, Estados Unidos, vino a vernos. Él y su esposa Renetta habían viajado con nosotros a Turquía, Egipto e Israel (Marv estuvo con Ron en 1991 cuando fueron tomados como rehenes en Turquía) y sabían cuánto deseábamos ver este querubín. Marv me trajo dos fotografías y me contó una historia muy interesante.
Marv y Renetta viajan mucho, y en la primavera de 1995 visitaron Londres. En el folleto que se nos entregó hace unos años en la cueva de Sedequías se afirma que este relieve en piedra está (en 1989) en un museo de Londres. No voy a mencionar el nombre del museo por la historia que Marv y Renetta me contaron de lo que encontraron en Londres.
Ellos visitaron este gran museo, en donde expresaron su deseo de ver el grabado. Nadie sabía nada al respecto, pero igualmente siguieron investigando. Finalmente, le contaron la historia del grabado a una dama que estaba a cargo del museo, quien al momento procedió a hacer una búsqueda. Esta dama les informó que ciertamente el objeto aparecía en el registro del museo, pero que no estaba allí. Estaba en la oficina del Fondo de Investigación Palestina, la misma organización que había financiado la expedición que retiró el grabado del lugar.
Ella les dio la dirección y Marv y Renetta se fueron para allá. Al llegar fueron recibidos cordialmente e invitados a pasar. Cuando les explicaron el motivo de su visita, les dijeron que sí, que el grabado estaba en el sótano. Fueron llevado entonces al lugar y se les permitió fotografiarlo. Luego explicaron que este había estado escondido durante muchos años y que apenas recientemente había sido puesto en exhibición. La razón: hace muchos años, el curador del museo que ellos habían visitado primero había deseado desesperadamente tener esta pieza en su museo. Dada la influencia política del museo, era de esperarse que lo hubiese obtenido, así que decidieron esconderlo durante un tiempo. Este hombre finalmente murió y el relieve pudo ser sacado nuevamente a la luz pública. Por lo tanto, esta pieza estuvo prácticamente olvidada hasta hace solo unos años.
Aquí podemos ver una de las fotografías que Marv y Renetta nos suministraron. Después de escuchar la historia de cómo esta pieza fue ocultada durante tantos años hasta quedar prácticamente olvidada, sería interesante saber lo que sucederá ahora. ¡Estamos muy agradecidos a Marv y Renetta por las fotografías!
Los nichos obre la cruz
Como recordarán, cuando Ron comenzó a excavar en “La gruta de Jeremías” (que no es el lugar tradicional del mismo nombre) en busca del Arca del Pacto, lo primero que encontró al limpiar el polvo y los escombros en la ladera del acantilado fueron tres nichos a manera de repisas tallados en la ladera del monte Moriah. Más tarde encontró en el lecho de roca varios agujeros cuadrados que según Ron se utilizaron para sostener varias cruces. Uno de estos agujeros estaba sobre una cornisa a unos pocos metros de los demás, un poco más elevado. Todo estaba enterrado bajo varias capas de destrucción.
Más adelante descubrió que el agujero en la cornisa estaba a 14 pies (4 m.) por debajo del borde inferior de la repisa. Esto lo llevó a concluir que el agujero había sostenido la cruz de Cristo y que la repisa había sido utilizada para colocar el letrero “Jesús de Nazareth, Rey de los judíos” escrito en tres idiomas.
De sus investigaciones, el había aprendido que los reyes y dirigentes solían colocar esta clase de avisos o letreros en lugares visibles, a veces tallados en altas rocas. Pero esta era la primera vez que veía algo como esto. No hay otra explicación para estos tres grandes nichos tallados en la cara de un acantilado, a unos cuatro metros de lo que en ese entonces era el nivel del piso, aunque nuestras investigaciones en busca de algo semejante no han cesado.
De donde menos te lo esperas
Hace mucho tiempo aprendimos la lección de que a veces podemos buscar algo con insistencia sin encontrarlo, y cuando menos lo esperamos, es que aparece. Durante el transcurso de su investigación en el área de Babel en Turquía, Ron se hizo amigo de un joven que habitaba la región y que lo ayudó como guía. En varias ocasiones Ron le pidió que adelantara trabajo visitando posibles lugares para explorar antes de que él llegara. En su último viaje Ron vio un sitio que quiso explorar detalladamente, pero debido a algunos problemas en la región el viaje tuvo que ser acortado, así que Ron le pidió a este joven que fuera al lugar y fotografiara todo en el área.
Cuando recibimos las fotografías Ron estaba fuera de la ciudad, así que yo me puse a examinarlas. Las notas que traían consigo indicaban que una gran estructura en la rivera del Eufrates era una antigua edificación romana a la que este joven llamó “el castillo”.
Pero las últimas fotos fueron las que más llamaron mi atención. Se trataba de un nicho tallado en la roca, con una inscripción. En dos de las fotos pude distinguir el nombre “Vespasiano”, el emperador romano que llegó al trono en el año 69 d. C. después de Nerón (unos 38 años después de la crucifixión de Cristo) y que gobernó hasta que murió en el año 79 d. C. (fue Tito, el hijo de Vespasiano, quien tomó Jerusalén en el año 70 d. C. Y destruyó el templo, finalizando la guerra de los judíos con Roma).
Una característica particular de este nicho con la inscripción me hizo correr a buscar las fotografías de las “repisas” que Ron había descubierto: La forma del borde superior del nicho con el nombre de Vespasiano era curva, en contraste con la parte inferior que era recta. ¡Cuando lo comparé en las fotos con los nichos que Ron encontró, pude notar la misma curvatura en la parte superior!
Los tres nichos que Ron descubrió estaban dispuestos de la siguiente manera: dos estaban al lado derecho, uno más arriba que el otro. El restante estaba a la izquierda. El borde superior del nicho inferior del lado derecho formaba la repisa del que estaba encima. Este nicho inferior no presentaba curvatura en su parte superior, ya que lógicamente el letrero de arriba era recto en su base, para que se mantuviese en su lugar. El nicho de arriba, por otra parte, no tenía un borde superior definido. Al parecer, no hubo necesidad de hacerlo por el relieve natural de la cara del acantilado en ese lugar específico. Estas son pruebas concretas de que estos nichos son de estilo romano y de que datan del período de la ocupación romana en Jerusalén.